miércoles, 1 de febrero de 2017

Sudamérica nefilim

Cronológico 5 - 74 
Sudamérica desde el 2000 a.C.
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El origen de este periodo comienza con el mito de los hermanos Ayar. 


Período 1. Tampu-Tocco I

El viaje desde el lago Titicaca hasta Machu Pichu


En el principio del viaje nos encontramos a Manco Capac y Mama Ocllo, que son hijos del dios Sol, Inti y de la diosa Luna, Quilla. El día que nacieron el cielo se oscureció.


Inti, les ordenó que adiestren a los ignorantes en las artes de cultivar y criar animales. En cuanto a Mama Ocllo, debía enseñarles a las mujeres a hilar y tejer telas, a trabajar en el hogar y conocer las labores domésticas. “Llevadle, hijos míos, la luz del conocimiento a los hombres. Ilustradlos en la verdadera religión y dadles leyes, dadles orden, pues sin leyes ni orden no hay vida en la tierra”.

Pero Inti no solo les entregó consejos a sus hijos, puesto que, a su vez, les dio una vara de oro, cuya función era señalarles un lugar fértil donde trabajar la tierra; esta vara se enterraría en el lugar donde Inti les indicara a sus hijos el fin del peregrinaje, donde fundarían su capital.


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Salieron juntos del lago Titicaca Manco Cápac y su mujer Mama Ocllo con el pueblo que habían instruido guiados por Inti.

 Su viaje hacia el norte duró meses y en cada lugar que el hijo de Inti le parecía pertinente dejaba caer la vara, sin un resultado  esperado. Así continuaron su viaje, a través del país de los urus, el país de los collas y el país de los aimaras, donde no recibía buena acogida en su pasar, puesto que no veían con buenos ojos a los hijos de Inti. En ciertos lugares Manco Cápac y Mama Ocllo debieron de atravesar esos sectores por cavernas y marchando durante la noche. 
Así llegaron a las cuevas de Tampu-Tocco donde construyeron la ciudad. Llegaron hasta el Lugar de la ventana o ventanas, Tampu-Tocco, entre las montañas, Macchu Picchu y Huayna Picchu. En el fondo del valle entre los picos Picchu el río Urubamba forma una garganta en forma de herradura rodeando parcialmente la ciudad entre la selva y las montañas.

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Macchu Picchu


Tampu-Tocco serviría como modelo para Cuzco, con sus doce grupos de construcciones, las construcciones reales y sacerdotales al oeste, las vírgenes y los funcionarios al este; el pueblo llano vivía fuera de la ciudad en los campos que trabajaban (bancales en las laderas) en aldeas próximas.


En los distritos occidentales había una plaza sagrada con grandes templos, uno de ellos es el Templo de las tres ventanas trapezoidales. Este templo tiene solo tres paredes, es decir, su lado occidental estaba completamente abierto, y tiene un pilar de piedra de más de dos metros de alto que junto a las ventanas podía tener una función de orientación astronómica. La observación astronómica exigió a los pueblos antiguos una dedicación y esfuerzo enormes. 

Los historiadores oficialistas nos dicen que su objeto era la necesidad del agricultor de saber cuando sembrar, cosechar, es decir establecer el calendario agrícola. Este razonamiento es absurdo, y si se permite, diré que grotesco. Cualquier agricultor experimentado en la antigüedad podía estimar los momentos de labor agrícola mucho mejor que cualquier astrónomo. Por todo el mundo se han encontrado sociedades agrícolas que se han alimentado sin necesidad de astrónomos. Además sabemos que la astronomía y el calendario son fenómenos urbanos no agrícolas. 
La finalidad de tanto esfuerzo astronómico era religiosa o como mucho científico-religiosa. La razón de esto es que asociaron a los extraterrestres con dioses, y por lo tanto asociaron la astronomía con la religión.


Otro es el Templo principal con bloques ciclópeos de piedra sin argamasa similares a los de Sacsahuamán. Desde la Plaza Sagrada hacia arriba se trazó una sinuosa escalinata y la cima se allanó para que sirviera de base a una piedra llamada Intihuatana “lo que ata al sol”*, con fines astronómicos solares. Se celebraban ritos para atar al sol y hacerlo volver, como recuerdo del terrorífico día en que tardó 20 horas adicionales en amanecer. 
* (El día de 40 horas de Josué)
Tanto la piedra Intihuatana como su base se tallaron a partir de una única roca natural elevando el extremo superior del pilar hasta la altura deseada. La roca y la base se tallaron y se orientaron de modo preciso para que sus superficies y lados determinaran la puesta del Sol en el solsticio de verano en el amanecer del solsticio de invierno así como en los dos equinoccios.


En el extremo opuesto se sitúa el Torreón semicircular construido con una perfección que supera a nuestra tecnología. Tras siete escalones se entra en el recinto sagrado en cuyo centro hay una roca con ranuras artificiales y rastros de fuegos periódicos. Esa roca era objeto de veneración por que debajo existe una cueva ampliada artificialmente con estructuras que parecen escaleras, asientos y otras formas geométricas. Hay sillares de granito de un color blanco y un grano purísimos. Se puede relacionar tal vez con la cueva donde fue encerrado un hermano Ayar.



El primero de los 62 reyes (16 semidioses y luego 46 reyes sacerdotes) fue Manco Capac hijo de Pirua Manco (que da el nombre a Perú).


En esa época se conocía la escritura sobre piedras o sobre hojas trabajadas de llantén, sobre pieles y tejidos. 

Los petroglifos “escritos sobre la piedra” se han encontrado por todas partes. Se trata de una escritura pictográfica o jeroglífica, llegando en algunos casos a una combinación de pictogramas con escritura fonética casi alfabética. 

Humboldt en el siglo XIX nos menciona que los indios panos al norte de Lima guardaban un libro de hojas plegadas que hablaba de antiguas guerras y viajes. 

En el pergamino de Von Tschudi en Bolivia y en otros se aprecia como la escritura comienza en la primera línea por la izquierda, después continuaba en la segunda línea por la derecha y luego la tercera línea por la izquierda y así serpenteando. Von Tschudi localizó el lugar de origen de la inscripción en las costas del Lago Titicaca. 




En dos islas sagradas de este lago se encuentran más inscripciones que son muy similares a las de la isla de Pascua, que son clasificadas como pertenecientes a las escrituras del tipo del Valle del Indo y de los hititas.

Período 2. Cuzco I

El viaje desde Machu Pichu hasta Cuzco

El hermano mayor Ayar llevaba el emblema de un halcón y como sus hermanos llevaba la varilla o hacha de oro para localizar el asentamiento de su futura ciudad, Cuzco. Surgieron problemas entre los hermanos y así se libraron del segundo hermano, Ayar Cacha, enviándolo de vuelta al lugar de las ventanas a recoger ciertos tesoros olvidados. Los tres hermanos lo encerraron en una cueva y allí se convirtió en piedra.





El rey quinto renovó el calendario comenzando el registro del tiempo y de los reinados. Su calendario se iniciaba el 25 de mayo aproximadamente (desde muchos siglos antes).





«Comenzaban a contar el año a mediados de mayo, pocos días más o menos, en el primero de la luna. Iban al Coricancha por la mañana, a mediodía y por la noche, llevando la oveja que tenía que ser sacrificada ese día».

Estableció el Gran Período como mil años, y los siglos y periodos de 50 años y terminó el templó e instauró el culto de Illa Tici Vira Cocha “Brillante iniciador creador de las aguas”. Durante el duodécimo rey desembarcaron unos gigantes que poblaron toda la costa, que disponían de herramientas de metal y arrasaban la tierra. Estos hombres de gran estatura abrían túneles en las montañas y provocaron la ira de Vira Cocha que les destruyó con fuego celeste.


La primera parte es el primer periodo de Cuzco.

Desde 2000 a.C. hasta 500 a.C.


Diseño de Cuzco

En aquel lugar fundaron la ciudad una gran metrópoli en torno a un centro de poder político-religioso. La metrópoli estaba situada entre los ríos Tullumayo y Rodadero a mucha altitud sobre el nivel del mar (3500 m) a los pies de una pequeña montaña llamada Sacsahuamán. 
Se asentaron primero en el noroeste del promontorio en una pendiente donde edificaron su palacio. El diseño de la ciudad les había sido planificado desde Tiahuanacu y los reyes fueron encargados de dirigir el trabajo. 
Era un óvalo dividido en doce partes que representaban las doce casas del zodiaco. El distrito más antiguo representaba a Aries. Se modificaron los cauces de los ríos para que circularan por canales que representaban la Vía Láctea. El óvalo estaba dividido por cuatro caminos reales que se extendían casi sin límite.


Las calles eran muy estrechas y las casas eran de piedras muy grandes y bien talladas. No se han encontrado tejas, ladrillos ni cal entre las piedras, aunque si utilizaban en la construcción madera y paja. Hay piedras de gran tamaño y con formas poligonales con ángulos que encajan con sorprendente precisión. El material de las piedras, la traquita marrón, ofrece una adherencia entre los bloques mayor que cualquier otro tipo de piedra. Las piedras más grandes estaban en los edificios religiosos y palacios son piedras enormes modeladas con medios desconocidos como si fueran plastilina y han soportado el paso del tiempo, del hombre y de los terremotos.



Salvo el palacio del primer rey, los demás reyes prefirieron construir sus palacios en torno al centro del ovalo, cerca del gran templo. Este centro era una gran plaza llamada Huacay-Pata, y desde el palacio que daba a la plaza el rey y autoridades presenciaban y dirigían las ceremonias de los solsticios y equinoccios.

El huevo místico de Coricancha



El gran templo era una estructura esplendorosa que se llamaba Recinto Dorado (Coricancha) por que sus paredes estaban recubiertas con 700 placas de oro y entre sus muros había objetos de oro, plata y piedras preciosas. Esta estructura es anterior a este periodo. La parte principal estaba dedicada a Viracocha. 

Sobre el altar mayor había una representación del sistema solar, con el huevo místico, el huevo cósmico. 

Durante algunos años un rey que se oponía a los otros dioses y declaró al Sol como supremo suprimió esta placa sustituyéndola por una placa redonda. Posteriormente otro rey la volvió a colocar.


El óvalo (el huevo místico) que es la imagen central es el principal objeto de veneración, es el Viracocha. Representa la elíptica órbita del planeta Viracocha alrededor del Sol. Su alargamiento vertical nos indica una órbita muy excéntrica.

A los lados de la órbita de Viracocha están el Sol y la Luna y varios cuerpos celestes por encima y por debajo de la órbita.

Esos cuerpos celestes los vemos divididos en dos grupos: por encima de la órbita hay cinco estrellas que representan a los planetas exteriores a la Tierra en el sistema solar, es decir Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Debajo de la órbita aparecen cuatro estrellas que representan a los cuatro planetas interiores del sistema solar: Mercurio, Venus, Tierra y Marte.

¿Exteriores e interiores a qué? A la órbita del planeta Viracocha. Viracocha alcanza su perihelio entre Marte y Júpiter. De ahí viene esa división de planetas.

A ambos lados de estos planetas interiores se representan las estaciones de verano e invierno. El verano viene representado como un brillante cielo estrellado y en el otro lado el invierno se representa por nubes invernales. Por debajo de la representación del verano aparece una estrella, y del invierno un animal fiero, un león (en Sudamérica no había leones). El calendario se inicio en Sumer cuando el solsticio de verano tenía lugar cuando el sol se veía en Leo, pero Sudamérica estaba en esa fecha en invierno. Por esto el león está debajo de invierno y no del verano.

Más abajo se representa el primer hombre y la primer mujer, el Edén, el árbol de la vida a un lado una serpiente en el otro lado, un gran río, montañas y un lago. Es una representación del génesis.
Debajo del verano aparece un círculo que representa la Tierra (Pacha Mama) y sobre ésta se dibuja el arco iris que aparece en los relatos del diluvio.

De unas montañas en el globo terráqueo se ve el río del edén, el Eufrates y a su lado la serpiente. Debajo de la Tierra hay siete puntos que se corresponden con la numeración de nuestro planeta, el planeta séptimo desde Viracocha.

Debajo del invierno aparece un gran lago conectado por una línea con otra masa de agua más pequeña. Es Madre Agua, Mama Cocha, el lago Titicaca, conectado con el lago Poopo, al sureste del anterior; representados en el lado contrario de la Tierra que el edén.
Es la representación del génesis en los Andes.

Las partes adyacentes estaban dedicadas a Quilla (la Luna), a Chasca (Venus), a Coyllor (una estrella o astro desconocido), otra a Illapa, el dios del Trueno y el Rayo. Había una parte dedicada al arco iris que contenía enormes cantidades de oro. Junto al Recinto Dorado estaba la Casa de las mujeres elegidas, Aclla-Huasi, que eran viviendas con huertos y jardines, talleres de costura para los reyes y sacerdotes donde vivían unas mujeres vírgenes que también tenían como tarea preservar el Fuego Eterno para el dios.

El final del primer periodo de Cuzco


Aquel primer imperio de Cuzco, comenzado con los Hijos del Sol y continuado con unos reyes-sacerdotes, tuvo un amargo final durante el reinado del sexagésimo segundo monarca. En su tiempo, ocurrieron «maravillas y portentos». La tierra tembló con terremotos interminables, los cielos se llenaron de cometas, augurio de una inminente destrucción. Tribus y pueblos comenzaron a correr de un lado a otro, entrando en conflicto con sus vecinos. Llegaron invasores desde la costa, incluso desde más allá de los Andes. Hubo grandes batallas; en una de ellas, el rey cayó bajo una flecha, y su ejército huyó presa del pánico; sólo sobrevivieron a las batallas quinientos guerreros.


«Así se perdió y se destruyó el gobierno de la monarquía de Perú -dice Montesinos-, y se perdió el conocimiento de las letras.»

Período 3. El segundo periodo de Tampu-Tocco (28 reyes)


El primer periodo de Cuzco fue un período de crecimiento y prosperidad. Tras él, unos fenómenos repentinos asolaron el país: aparecieron cometas en los cielos, la tierra tembló con los terremotos, se iniciaron las guerras. El soberano que reinaba en aquel momento abandonó Cuzco y llevó a sus seguidores a un lugar apartado, a un refugio en unas montañas, Tampu-Tocco; sólo unos cuantos sacerdotes se quedaron en Cuzco para mantener su santuario.

Y fue durante esta calamitosa época cuando se perdió el arte de la escritura. Pasaron los siglos. Los reyes iban periódicamente desde Tampu-Tocco a Cuzco para consultar los oráculos divinos. Pero un día, una mujer de noble linaje anunció que a su hijo, Rocca, se lo había llevado el dios Sol. Días después, el muchacho volvió a aparecer vestido con prendas doradas. Dijo que había llegado el momento del perdón, pero que el pueblo debía observar determinados mandatos: la sucesión real se establecería sobre un hijo del rey nacido de una hermanastra suya, aun cuando no fuera el primogénito; y no se debía retomar la escritura.

El pueblo acató las órdenes y volvió a Cuzco, con Rocca como nuevo rey; a él se le dio el título de Inca -soberano. Al darle el nombre de Manco Capac a este primer Inca, los historiadores incas lo asimilaron al legendario fundador de Cuzco, Manco Capac, el de los cuatro hermanos Ayar.




Cronológico 5 - 75 a 77

75. Las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi:

https://virgiliotovar.wordpress.com/category/portales/page/3/

En Sudamérica, en el actual Perú, al oeste de Cuzco, está este lugar.


Uno de estas instalaciones son las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi. Se encuentra en la confluencia de un río y un torrente menor, como tantas otras instalaciones de este tipo.


Hay un muro de contención y unas construcciones de gran tamaño en ruinas que se llaman pirámides truncadas (en la lengua nativa). Este lugar es conocido por los monolitos “los grandes monolitos de Sayhuiti”.


Entre ellos el llamado Gran Monolito desde lejos parece un inmenso huevo brillante apoyado en la ladera. Mide 4´2x3x2´7 metros. La parte inferior se modelo con precisión como medio ovoide, y la superior se labró como mapa, plano de alguna zona desconocida.


Ese mapa presenta ríos, túneles, canales, escaleras, muros, plataformas, edificios con hornacinas, animales de Perú y figuras humanas que parecen guerreros.


En el extremo superior del Gran Monolito hay un “plato” y desde allí descienden serpenteando unos surcos de unos 3 cm de anchura hasta unos agujeros de desagüe redondos en el borde inferior del mapa.


Unos surcos zigzagueantes como los del Gran Monolito también están en un inmensa roca que se talló geométricamente con peldaños, plataformas, y hornacinas en cascada. En la parte superior de uno de sus lados se tallaron pequeños platos conectados a un “recipiente” más grande del que desciende un canal que se separa en dos surcos. Esto parece indicar que se vertía cierto líquido en la roca recipiente (roca que había sido vaciada, y con una puerta -abertura por detrás). Este lugar también presenta losas con surcos complejos, agujeros geométricamente preciso que podían haber tenido una finalidad técnica.

76. Los canales sinuosos de Kenko:


Kenko, que en lengua nativa significa canales sinuosos se encuentra al este de Sacsahuamán. 
Contiene un enorme monolito que se eleva sobre una base y semeja un animal grande como un león que se levanta sobre sus patas traseras. El monolito está rodeado por un muro de algo menos de dos metros de altura con hermosos sillares. La base del monolito es una inmensa roca. El muro circular empieza (y se cierra) sobre esa roca como una pinza.


En la parte opuesta a esa unión del muro con la roca, esta se labró en varias terrazas con escalones. En los laterales se talló la roca como planos inclinados con canales zigzagueantes. El interior de la roca se vació para crear túneles complejos y cámaras. Hay una puerta abertura en la roca tallada geométricamente y dentro unas estructuras que algunos comparan con tronos y altares.


Otro lugar interesante es el Cori-Huairachina está a unos 80 km de Cuzco y su nombre significa “donde se purifica el oro” (¡ !). 



Allí se hizo un curso artificial para que el agua cayera por una cascada entre dos muros por 54 peldaños tallados en la roca.

77. Sacsahuamán:




Existen varios sitios más de estos a lo largo del valle Sagrado y por el lago Dorado. Parece que el sitio más colosal e importante de todos fue Sacsahuamán.


A 15 km de allí en Pampa de Anta hay tallados en la roca unos escalones en forma de luna creciente, que le dieron el nombre al lugar “piedra luna” = Quülarumi. Múller consideró que era un observatorio astronómico para el promontorio de Sacsahuamán por que allí no hay nada que ver salvo los cielos del este.


En Sacsahuamán se construyeron murallas, conductos, y otras estructuras: tallando la roca viva y añadiendo grandes sillares tallados de forma geométrica poligonal. Todas estas estructuras tenían como fin la canalización de agua de lluvia o del deshielo de forma controlada de nivel en nivel.


Una inmensa zona circular cerrada con esos sillares megalíticos parece que hacia las funciones de embalse. Una esclusa subterránea construida con esos sillares permitía la salida del agua del embalse circular. De esa cámara esclusa sale un canal que va a parear al laberinto Chingana excavado en la roca por debajo del embalse circular.


Todo indica que eran lugares donde se purificaba el oro, una criba del oro a gran escala. En el embalse circular se vertía algún mineral o compuesto químico desde el Rodadero, y por el otro lado del embalse entraba agua con fuerza. Luego el agua salía por la cámara-esclusa, circulaba por el laberinto y finalmente quedaba en las cubas de piedra el oro limpio. Pura alquimia.


Las colosales murallas megalíticas protegían y daban soporte a la plataforma maciza que era imprescindible para los vehículos de transporte del mineral. ¿vehículos aéreos?


La costa del océano Pacífico de Sudamérica central entre la montaña y el mar es un terreno con escasas lluvias pero con ríos que descienden desde la zona montañosa oriental, separados entre si unos 100 km. Unos son más grandes y otros más pequeños, entre algunos la distancia es menor y entre otros mayor, pero tracemos imaginariamente unos ríos paralelos separados unos cien kilómetros. En torno a cada río imaginemos unas verdes zonas fértiles separadas por desierto.


Las poblaciones humanas se establecieron en esas zonas fértiles fluviales y en las costas marítimas. Su desarrollo técnico permitió más tarde conducir agua adicional desde las montañas hasta sus poblaciones mediante acueductos. También llegaron a construir caminos para comunicar unas zonas fértiles con otras. También se construyeron pirámides con ladrillos de barro separando las zonas fértiles del desierto.


En la parte norte de esta zona se establecieron los mochicas hacia el 400 a. C. Su panteón de dioses estaba encabezado por Nannar-Sin, al que ellos llamaban Si o Sian, cuyo símbolo era la luna creciente. Nos dejaron representaciones de dioses alados y de gigantes. Destacan su bella cerámica y bellos tejidos. Dominaban la fundición del oro, la construcción con ladrillos de barro cocidos al sol, y sus pirámides o zigurats religiosos que se agrupaban en grandes complejos religiosos.


En la parte sur del río Rímac, que da nombre a la capital actual de Perú, estaban los chinchas en la costa y los “Aymara” en la parte interior. En esta zona sur chincha-aymara estaba el templo mayor de Sudamérica. Estaba dedicado a Anu aquí llamado “Creador del Mundo” (= Pacha-Camac), y a sus descendientes Enlil (Vis = Señor de la Tierra), y su mujer Mama-Pacha (= Dama de la Tierra), Enki como M?/Pacha-Cocha? = Señor del Agua, y su mujer Mama-Cocha (Dama del Agua), también está Nannar-Sin como dios Luna = Si, o Sian, Marduk-Ra como el dios Sol Illa-Ra y Adad (el Thor nórdico) aquí como el dios héroe o Kon y otros conocidos nefilim mesopotámicos.


El templo mayor o de Pacha-Camac era el destino religioso de los sudamericanos occidentales. Tenía un enorme reconocimiento. Los peregrinos llevaban oro hasta allí, pero solo los sacerdotes podían entrar y luego ante la multitud –descalza- repetían las palabras que los dioses les habían comunicado por el aparato correspondiente, el oráculo.


Así se acumularon cantidades enorme de oro procedentes de otras zonas. Con este oro se hizo una estatua de Pacha-Camac, y se recubrieron las paredes del templo con láminas de oro y plata sujetas por clavos de plata.


Las leyendas atribuyen el templo a los Gigantes. Los chinchas remodelaron y embellecieron el lugar, situado en una terraza sobre el océano, a los pies de una montaña dividida en cuatro plataformas de inmensos bloques de roca. La terraza superior tenía un tamaño de varias hectáreas. Era un lugar muy bien escogido con unas vistas al océano.





Se creía que este era el lugar para resucitar a los muertos, el lugar de los inmortales. Allí llevaban a sus familiares y les momificaban en espera de la resurrección. El encargado de este asunto era Adad, aquí también llamado “El atronador” = Rímac (el que da nombre al río) que se representa con una “varita mágica” en la mano izquierda y un arma de varías puntas, quizá “un rayo”, en la mano derecha, y una corona con apéndices ¿cuernos? sobre la cabeza. Adad/Rímac/Raman era también apodado en Mesopotamia, Raman (el atronador). De Raman proviene el verbo tronar (el semita).



Rímac, es también conocido como Kon, el dios héroe, el Ira-Ya.


En una estatua de piedra de Puma Punku (un barrio de Tiahuanacu) se encontraron turquesas en los ojos. No existían turquesas en América, de modo que las llevarían del Sinaí o de Persia.

Sobre otras piedras verde azuladas, quizá esmeraldas podemos leer en el libro de Job en la Biblia: Los amigos de Job le hablan de las muchas maravillas de los cielos y la tierra que sólo su dios conocía; entre ellas estaban las maravillas de los metales y sus filones, y el ingenio para encontrarlos y extraerlos de las profundidades de la tierra.


Hay una tierra de la que vienen los lingotes,

cuyas entrañas están agitadas como con fuego;

un lugar donde las piedras son verde azuladas,

que tiene las vetas de oro.


Nos están hablando de las explotaciones mineras de los Andes. La primera línea dice que de allí se transportaban el oro hasta Oriente Próximo, luego dice que había vetas de oro en las entrañas de la tierra y que eran tratadas como con fuego.



Ni siquiera el buitre conoce el camino,

ni el ojo del halcón lo discierne…



Estaba en una ubicación para ellos desconocida, y el dato del buitre y el halcón nos indica claramente que se trata de altas montañas, tan altas que ni estos animales alcanzan. Se trata de las altísimas montañas andinas.



Allí pone Su mano sobre el granito,

derrumba de raíz las montañas.

Abre galerías a través de las rocas,

y todo lo que es precioso Sus ojos han visto,

represa las fuentes de los ríos,

y saca a la luz lo que estaba escondido.


Nos habla del trabajo minero en las duras rocas de los Andes donde abrían galerías, derrumbaban montañas, sacando los metales del interior (escondidos), no solo el oro. Y también el trabajo en los ríos donde quedó atrapado el oro entre el fango y tuvo que ser filtrado para separarlo (represa las fuentes de los ríos). Nos indica claramente donde hacían esos procesos: en esas fuentes.


Además fijémonos en que el sujeto de la acción es el dios de Job, asimilado al dios de Israel en cuanto que lo incluyen en la Biblia (aunque el texto perteneciera a otro pueblo, de época no muy clara, ni localización; solamente está claro que Job era un hombre muy rico y poderoso de Oriente Próximo y por eso tenía estos tres amigos). Repito: el sujeto de la acción es el dios de Job, y quién es el sujeto de la acción minera andina: los trabajadores mineros claro, pero en nombre de Viracocha. Por lo tanto ¿Quién es el dios del relato de Job? Precisamente el annunaki, que por delegación de su padre Enlil, el soberano del planeta, tenía en potestad el territorio donde estaban los israelitas. ¡qué casualidad!


Él pone fin a la oscuridad,

explora lo que hay de valor

de las piedras en las profundidades y en la oscuridad.

Abre el arroyo lejos del poblado,

donde se mueven los hombres olvidados y extraños.


Los trabajadores mineros trabajan en la oscuridad con alguna fuente de luz, dilucida el material que hay de valor y el que no de los materiales que hay en las excavaciones mineras (profundidades, oscuridad), en las corrientes de agua, y en la última línea nos vuelve a ubicar el lugar: es un lugar muy distante con hombres olvidados y extraños. No eran sus vecinos de la casa de al lado, aunque el término olvidados nos indica que había trabajadores de la casa de al lado pero que se fueron tiempo ha. Y con ellos estaban otros trabajadores , los extraños.


Sólo Dios conoce su camino

y sabe cómo se establece.

Pues Él puede explorar los confines de la Tierra

y ver todo lo que está bajo los cielos.


Un lugar desconocido, muy lejos de casa.


su origen …

Con oro sólido no se puede comprar,

ni se paga a precio de plata.

No se valora con el oro rojo de Ofir,

ni con la preciosa cornarina ni con el lapislázuli.

No se le compara el oro ni el cristal,

ni su valor en vasijas de oro.

El coral negro y el alabastro no merecen ni mención;

el Conocimiento vale más que las perlas


Nadie podía conseguir la información de dónde estaba ese lugar. Ese conocimiento vale más que el propio oro que se extrae. Ni con todas las riquezas ningún hombre puede conseguir esa información.

Ningún hombre conoce su camino;

¿Y quienes eran esos “amigos de Job”que le informaban de estos asuntos minero-metalúrgicos? Uno se llamaba “Dios es mi oro puro”, y era del sur de Arabia; otro se llamaba “lugar de los fosos profundos” y era del territorio hitita y el tercero se llamaba “señor de todos los herreros”, de Naamá, un lugar quizá en la costa del Mar Rojo, en todo caso, un lugar asociado a TubalCaín el epónimo de la metalurgia. Los tres lugares eran tierras relacionadas con la minería o la metalurgia. Así que sabían de lo que hablaban.






Cronológico 5 - 83 Perú

83. Perú

Cuzco y Sacsahuaman en 85. Sudámerica y el día más largo



Las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi:



Uno de estas instalaciones son las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi al oeste de Cuzco. Se encuentra en la confluencia de un río y un torrente menor, como tantas otras instalaciones de este tipo.


Hay un muro de contención y unas construcciones de gran tamaño en ruinas que se llaman pirámides truncadas (en la lengua nativa). Este lugar es conocido por los monolitos “los grandes monolitos de Sayhuiti”.


Entre ellos el llamado Gran Monolito desde lejos parece un inmenso huevo brillante apoyado en la ladera. Mide 4´2x3x2´7 metros. La parte inferior se modelo con precisión como medio ovoide, y la superior se labró como mapa, plano de alguna zona desconocida.


Ese mapa presenta ríos, túneles, canales, escaleras, muros, plataformas, edificios con hornacinas, animales de Perú y figuras humanas que parecen guerreros.


En el extremo superior del Gran Monolito hay un “plato” y desde allí descienden serpenteando unos surcos de unos 3 cm de anchura hasta unos agujeros de desagüe redondos en el borde inferior del mapa.


Unos surcos zigzagueantes como los del Gran Monolito también están en un inmensa roca que se talló geométricamente con peldaños, plataformas, y hornacinas en cascada. En la parte superior de uno de sus lados se tallaron pequeños platos conectados a un “recipiente” más grande del que desciende un canal que se separa en dos surcos. Esto parece indicar que se vertía cierto líquido en la roca recipiente (roca que había sido vaciada, y con una puerta -abertura por detrás). Este lugar también presenta losas con surcos complejos, agujeros geométricamente preciso que podían haber tenido una finalidad técnica.


Los canales sinuosos de Kenko:


Kenko, que en lengua nativa significa canales sinuosos se encuentra al este de Sacsahuamán. Contiene un enorme monolito que se eleva sobre una base y semeja un animal grande como un león que se levanta sobre sus patas traseras. El monolito está rodeado por un muro de algo menos de dos metros de altura con hermosos sillares. La base del monolito es una inmensa roca. El muro circular empieza (y se cierra) sobre esa roca como una pinza.


En la parte opuesta a esa unión del muro con la roca, esta se labró en varias terrazas con escalones. En los laterales se talló la roca como planos inclinados con canales zigzagueantes. El interior de la roca se vació para crear túneles complejos y cámaras. Hay una puerta abertura en la roca tallada geométricamente y dentro unas estructuras que algunos comparan con tronos y altares.


Otro lugar interesante es el Cori-Huairachina está a unos 80 km de Cuzco y su nombre significa “donde se purifica el oro” (¡ !). Allí se hizo un curso artificial para que el agua cayera por una cascada entre dos muros por 54 peldaños tallados en la roca.





Ollantaytambo:






Ollantaytambo, Peru

Este lugar situado en Sudamérica, en Perú, a unos cien kilómetros al noroeste de Sacsahuamán. Su nombre significa “lugar de descanso de Olíantay”, un inca que se refugió allí en la época colombina, aunque hay otras hipótesis.





Está situado en la confluencia de dos ríos en la cima de una empinada ladera entre las montañas. 



La ladera tiene tallados cientos de escalones de piedra (toscamente tallados) que llevan hasta los edificios principales en la cima. Allí al lado de estructuras posteriores hay otras megalíticas. 



Éstas comienzan con un muro de piedras poligonales típicas, un pórtico tallado en un único bloque de piedra y dentro un segundo muro de piedras megalíticas pero mayores que las externas. Sobre este muro hay una plataforma. 
El segundo muro a la derecha presenta un recinto llamado el templo central con aberturas trapezoidales, dos que parecen puertas y otras diez falsas ventanas. El segundo muro a la izquierda presenta una enorme puerta muy bien trabajada que serviría de entrada a las principales estructuras.

Una hilera de seis colosales monolitos se elevan en la terraza superior. Tienen entre 3 y 4 metros de altura, algo menos de 2 m de anchura y un grosor que varía entre 0´9 y 1´8 metros. Presentan relieves decorativos que se han deteriorado con el tiempo, entre ellos el dibujo de una escalera. Estos monolitos formaban parte de un muro de contención para soportar una plataforma superior. El tamaño y la robustez de los bloques de piedra aquí recuerdan la plataforma de Baalbek en el Líbano.



Este lugar situado a unos cien kilómetros al noroeste de Sacsahuamán tomo su nombre “lugar de descanso de Olíantay”, un inca que se refugió allí en la época colombina.

Está situado en la confluencia de dos ríos en la cima de una empinada ladera entre las montañas. La ladera tiene tallados cientos de escalones de piedra (toscamente tallados) que llevan hasta los edificios principales en la cima. Allí al lado de estructuras posteriores hay otras megalíticas. Éstas comienzan con un muro de piedras poligonales típicas, un pórtico tallado en un único bloque de piedra y dentro un segundo muro de piedras megalíticas pero mayores que las externas. Sobre este muro hay una plataforma. El segundo muro a la derecha presenta un recinto llamado el templo central con aberturas trapezoidales, dos que parecen puertas y otras diez falsas ventanas. El segundo muro a la izquierda presenta una enorme puerta muy bien trabajada que serviría de entrada a las principales estructuras.

Una hilera de seis colosales monolitos se elevan en la terraza superior. Tienen entre 3 y 4 metros de altura, algo menos de 2 m de anchura y un grosor que varía entre 0´9 y 1´8 metros. Presentan relieves decorativos que se han deteriorado con el tiempo, entre ellos el dibujo de una escalera. Estos monolitos formaban parte de un muro de contención para soportar una plataforma superior. El tamaño y la robustez de los bloques de piedra aquí recuerdan la plataforma de Baalbek en el Líbano.


Existen varios sitios más de estos a lo largo del valle Sagrado y por el lago Dorado. Parece que el sitio más colosal e importante de todos fue Sacsahuamán.
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En el viejo mundo los nefilim instalaron el espaciopuerto mayor en la península del Sinai y el lugar de aterrizaje para vehículos aéreos menores (no interplanetarios) en Baalbek. Diseñaron un corredor de aterrizaje con balizas en montañas (naturales y artificiales, pirámides) con un ángulo exacto de 45º con respecto al ecuador.

Este ángulo lo encontramos también en Perú, con la línea imaginaria que desde la roca Sagrada del Machu Pichu (desde la ventana con forma de cuña del torreón semicircular) hasta el Intihuatana, respecto a los puntos cardinales.

Este ángulo se encuentra no solo en Machu Pichu sino en los principales emplazamientos de este tipo. Si sobre el mapa se traza una linea que vaya desde el lago Titicaca (desde la isla del sol de Viracocha) pasando por Cuzco tendrá un ángulo de 45º, y pasará por Ollantaytambo y otros emplazamientos.

D´Ebneth llama a esa línea la Ruta de Wiracocha, y traza un cuadrado (él dice rejilla) cuyos vértices marcan los cuatro puntos cardinales y los lados tienen una inclinación de 45º respecto a estos. Si se pone el vértice noroccidental en Tampu-Tocco (Machu Picchu) el resto de lugares coinciden con las posiciones correctas. Después continúa el investigador con una serie de geometrías –líneas, círculos, polígonos- para relacionar sobre el mapa los diferentes lugares desde Tiahuanacu hasta Quito, incluyendo al templo de Pachacamac. Con cálculos angulares y geométricos se calcula que ese cuadrado-rejilla muestra una inclinación de la tierra de 24º08´ y esto se corresponde con el año 3172 a.C.



Cronológico 4/5 - 85 a 89

85. Cuzco
 Cuzco está situado en Sudamérica en el actual Perú.

Cuzco en Perú

Significados del término "cuzco"


  • El nombre inca de Cuzco significa ombligo del mundo porque era la capital, el centro de mando, 
  • pero el Cuzco inicial significa “lugar de las piedras erigidas”, que se corresponde claramente con sus piedras megalíticas.




Sacsahuamán:


Sacsahuamán










En Cuzco se destaca el promontorio de Sacsahuamán “Lugar del halcón” de forma triangular y unos 250 metros de altura. 
Tiene una base ancha con escalones gigantes tallados artificialmente, y con túneles, y otras formaciones artificiales. Después de la base, si nos movemos hacia arriba, hay una plataforma plana de grandes dimensiones, allanada artificialmente.
En el tramo final, superior había estructuras circulares y rectangulares con túneles, y aberturas de un gran laberinto escavado en la roca. 





Las murallas:











El promontorio está separado de la ciudad por tres imponentes murallas de piedras gigantescas que alcanzan una altura combinada de 18 metros. 
La muralla inferior es la más colosal con piedras de 20 toneladas aunque una pesa más de 300 ton. Entre cada muralla hay una terraza rellena de tierra. 
Estas enormes piedras se extrajeron a muchos kilómetros de distancia y se transportaron a través de montañas, ríos y un paisaje poco adecuado para ello.


Las puertas de las murallas:












Uno de los detalles más impresionantes de estas construcciones son las tres puertas que cruzaban las murallas. La puerta de Viracocha está situada en el centro de la muralla externa. Los bloques de piedra eran de tal forma que creaban una abertura en la muralla de 120 cm que daba paso a unos escalones hasta la segunda muralla. Aquí empieza un complicado paso con ángulo recto que lleva hasta la tercera muralla. En esta hay dos entradas que forman un ángulo entre sí y dan paso al interior. Estas puertas se podían bloquear bajando unos enormes bloques de piedra que encajaban exactamente en las puertas.


El interior de las murallas:

En el interior de las murallas hay un laberinto de túneles que comienzan y terminan abruptamente. Uno lleva hasta una caverna a 12 m de profundidad, otros terminan en paredes de roca con escalones que no llevan a ninguna parte.

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A 15 km de Ollaqu en Pampa de Anta hay tallados en la roca unos escalones en forma de luna creciente, que le dieron el nombre al lugar “piedra luna” = Quülarumi. Múller consideró que era un observatorio astronómico para el promontorio de Sacsahuamán por que allí no hay nada que ver salvo los cielos del este.


En Sacsahuamán se construyeron murallas, conductos, y otras estructuras: tallando la roca viva y añadiendo grandes sillares tallados de forma geométrica poligonal. Todas estas estructuras tenían como fin la canalización de agua de lluvia o del deshielo de forma controlada de nivel en nivel.


Una inmensa zona circular cerrada con esos sillares megalíticos parece que hacia las funciones de embalse. Una esclusa subterránea construida con esos sillares permitía la salida del agua del embalse circular. De esa cámara esclusa sale un canal que va a parear al laberinto Chingana excavado en la roca por debajo del embalse circular.


Todo indica que eran lugares donde se purificaba el oro, una criba del oro a gran escala. En el embalse circular se vertía algún mineral o compuesto químico desde el Rodadero, y por el otro lado del embalse entraba agua con fuerza. Luego el agua salía por la cámara-esclusa, circulaba por el laberinto y finalmente quedaba en las cubas de piedra el oro limpio. Pura alquimia.



Las colosales murallas megalíticas protegían y daban soporte a la plataforma maciza que era imprescindible para los vehículos de transporte del mineral. ¿vehículos aéreos?
En el promontorio de Sacsahuamán “Lugar del halcón” de forma triangular y unos 250 metros de altura tiene una base ancha con escalones gigantes tallados artificialmente, y con túneles, y otras formaciones artificiales. Después de la base, si nos movemos hacia arriba, hay una plataforma plana de grandes dimensiones, allanada artificialmente. En el tramo final, superior había estructuras circulares y rectangulares con túneles, y aberturas de un gran laberinto escavado en la roca. El promontorio está separado de la ciudad por tres imponentes murallas de piedras gigantescas que alcanzan una altura combinada de 18 metros. La muralla inferior es la más colosal con piedras de 20 toneladas aunque una pesa más de 300 t. Entre cada muralla hay una terraza rellena de tierra. Estas enormes piedras se extrajeron a muchos kilómetros de distancia y se transportaron a través de montañas, ríos y un paisaje poco adecuado para ello.


Uno de los detalles más impresionantes de estas construcciones son las tres puertas que cruzaban las murallas. La puerta de Viracocha está situada en el centro de la muralla externa. Los bloques de piedra eran de tal forma que creaban una abertura en la muralla de 120 cm que daba paso a unos escalones hasta la segunda muralla. Aquí empieza un complicado paso con ángulo recto que lleva hasta la tercera muralla. En esta hay dos entradas que forman un ángulo entre sí y dan paso al interior. Estas puertas se podían bloquear bajando unos enormes bloques de piedra que encajaban exactamente en las puertas.


En el interior de las murallas hay un laberinto de túneles que comienzan y terminan abruptamente. Uno lleva hasta una caverna a 12 m de profundidad, otros terminan en paredes de roca con escalones que no llevan a ninguna parte.


Uno de los bloques de piedra de Puma-Punku chapados en oro con extrañas cavidades y un profundo surco en el interior tenía una esquina cortada a modo de embudo, y existe un lugar próximo con objetos de oro que se llama Chuqui-Pajcha que en aymara significa “donde el oro líquido pasa por el embudo” que nos recuerda que era un proceso de producción de oro.

86. El día de 44 horas del año 1391 a.C.

En ese periodo hubo un día en el que no hubo amanecer durante veinte horas y luego el sol volvió a aparecer. Fue durante el tercer año de su reinado de Titu Yupanqui Pachacuti II, decimoquinto monarca del Imperio Antiguo. Fue una situación terrorífica. La gente sufrió un gran lamento, confesiones de pecados, sacrificios y oraciones hasta que el Sol amaneció. El sol se detuvo durante 20 horas para la tierra. Era el año 1391 a.C.


Este día tan especial “no hubo un día como aquél, ni antes ni después” (dice la Biblia) está registrado en la Biblia, narrando como Josué y sus israelitas cruzaron el río Jordán tras tomar las ciudades fortificadas de Jericó y Ay. Los reyes amorreos se aliaron contra ellos en una gran batalla en el valle de Ayyalón, cerca de Gabaón. La batalla la inició Josué en un ataque nocturno contra los cananeos. Estos huyeron y se reagruparon en un lugar citado como “cerca de Bet Jorón”.


Yahveh intervino en la lucha lanzando grandes piedras sobre los cananeos que mataron a miles.


«arrojó grandes piedras desde el cielo sobre ellos… y murieron; hubo más de ellos que murieron por las piedras, que los que murieron por la espada de los israelitas».


Josué pidió a Yahveh que detuviera el Sol y la Luna


Entonces Josué le habló a Yahveh, el día en que Yahveh entregó a los amorreos a los Hijos de Israel, diciendo: «A la vista de los israelitas, que el Sol se detenga en Gabaón y la Luna en el valle de Ayyalón».


Y el Sol se detuvo, y la Luna se paró, hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos.


Cierto es, pues todo esto está escrito en el Libro de Jashar: el Sol se detuvo en mitad de los cielos y no se apresuró en bajar en casi un día entero.


Están describiendo que el movimiento aparente del Sol y la Luna en el cielo se detuvo, es decir, no se detuvieron estos astros sino que hubo una gravísima alteración de la rotación de la Tierra. Algunos investigadores han sugerido basándose en el detalle de la caída de grandes piedras que algún objeto como un cometa se acercó a la órbita de la Tierra, y como su movimiento de rotación es en sentido opuesto al de ésta quizá produjo esa caída de rocas y la detención temporal de la rotación terrestre. La Tierra iría en su órbita alrededor del Sol durante 20 horas como un tren sobre las vías deslizando sin rodar pero sin pararse hasta que desaparecido el obstáculo vuelven las ruedas a su función. En todo caso fue un fenómeno extraordinario, muy especial.


Deslizar sin rodar


Si en Canaán el Sol no se puso durante casi un día, entonces en América el Sol no saldría, no amanecería por el mismo fenómeno durante 20 horas. La misma situación se menciona en el relato de Teotihuacán en Centroamérica como ya he dicho.


Recordemos la piedra llamada Intihuatana de Tampu-Tocco, cuyo nombre significa “lo que ata al sol”, con fines astronómicos solares. Se celebraban ritos para atar al sol y hacerlo volver, como recuerdo del terrorífico día en que tardó 20 horas adicionales en amanecer.


El cuadragésimo rey fundó un lugar para el estudio de los astros y los equinoccios hacia el año 400 a.C. Estaban familiarizados con las casas zodiacales y sus meses tenían nombres como Acuario = Madre agua y señor agua, Aries = Luna mercado, Tauro = Ciervo Pastor (no había toros en Sudamérica), Virgo = Madre Maíz, etc. Nombres demasiado familiares con los sumerios.


Tras ese periodo hubo terremotos y guerras y el rey de Cuzco murió en una batalla por una flecha.


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87. El periodo de Tampu-Tocco: 500 a.C. - 1020 d.C.

En el sur del actual Perú en la vertiente oriental de la cordillera Central de los Andes  hay dos picos, el gran pico Machu Picchu "montaña vieja" y el pequeño pico Huayna Picchu "montaña joven" y entre ellas hay un promontorio rocoso que las une. En ese promontorio está situado lo que se conoce actualmente en arqueología como Machu Picchu, que se llamaba realmente Tampu-Tocco.




Volvamos al relato histórico. La segunda parte es el periodo de Tampu-Tocco (posteriormente llamado Machu Picchu). Abarca desde el año 500 a.C. hasta el siglo XI d.C.


Tras el anterior período de crecimiento y prosperidad que finalizó con terremotos y guerras. El rey, que era un niño,  huyó de  Cuzco con sus gentes a un lugar en las montañas que llamaron Tampu-Tocco, “lugar de descanso de las ventanas”, aunque unos pocos sacerdotes quedaron en Cuzco cuidando el gran templo.  


 Este lugar ya era conocido de muy antiguo, pues de allí partieron los hermanos Ayar para fundar Cuzco.

En ese periodo hubo 28 reyes. En este periodo de decadencia se perdió el arte de la escritura y muchos conocimientos. Fue una época en que los reyes iban periódicamente de Tampu-Tocco a Cuzco a consultar los oráculos divinos.


Una mujer de noble linaje anunció que a su hijo, Rocca, se lo había llevado el dios Sol. Días después, el muchacho volvió a aparecer vestido con prendas doradas. Dijo que había llegado el momento del perdón, pero que el pueblo debía observar determinados mandatos: la sucesión real se establecería sobre un hijo del rey nacido de una hermanastra suya, aun cuando no fuera el primogénito; y no se debía retomar la escritura. El pueblo acató las órdenes y volvió a Cuzco, con Rocca como nuevo rey; a él se le dio el título de Inca -soberano "Manco Capac". Con su regreso a Cuzco termina el período de Tampu-Tocco.



Al darle el nombre de Manco Capac a este primer Inca, los historiadores incas lo asimilaron propagandísticamente al legendario fundador de Cuzco, Manco Capac, el de los cuatro hermanos Ayar. 


Aunque algunos intentaron mantener o recuperar la escritura los sacerdotes se opusieron ferozmente. Dijeron que el deseo del dios era que no se volvieran a utilizar las letras bajo pena de muerte. En su lugar se utilizaron los ramales de cuerdas de colores o quipos para fines cronológicos.


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88 El periodo del Cuzco inca: 1020 - 1534

La tercera parte es el periodo del Cuzco inca. Abarca desde el siglo XI d.C. hasta el siglo XVI.


Comenzó hacia el 1020 d.C. cuando un joven noble llamado Rocca recibe instrucciones del dios Sol de volver a Cuzco. Rocca fue nombrado con el título de soberano, Inca y se dirigieron a Cuzco. 

Rocca construyó en Tampu-Tocco, “refugio de las tres ventanas”, unas construcciones que contenían un muro con tres ventanas, que era el emblema de la casa de sus padres. Los incas se empeñaron en la propaganda de identificar a Rocca con el primer Manco Capac que procedía del lago Titicaca. (3500 años antes). Los incas hablaban el quechua, lengua del norte y centro de los Andes en cambio en el altiplano del Titicaca se hablaba aymara.


Los incas atacaron por sorpresa desde sus zonas altas a los reinos de las zonas costeras, reinos que venían existiendo desde antiguo. Se extendieron por el norte hasta Ecuador, y por el sur hasta Chile por la Calzada del Sol. Los últimos en ser sometidos fueron los chimús, con su capital Chanchán, en el norte de la costa de Perú. Era una metrópoli de más de 20 kilómetros cuadrados con recintos sagrados, pirámides escalonadas, acueductos, moradas, embalses, graneros, tumbas, palacios que semejaban a Egipto y a Mesopotamia.

Expansión del imperio inca


La expansión chimú –entre el 1000 d.C. y el 1400 d.C. – fue de desarrollo de la orfebrería, por ejemplo en la ciudad de Tubes se hicieron imitaciones de oro de plantas y animales. Poseían enormes riquezas en oro. El límite sur de los chimús era el río Rímac.


En la costa del Perú en las ruinas de los chimú (preincaicos) se descubrió tanto oro enterrado en las tumbas, junto a los muertos, que les llevó a preguntar quines habían introducido tales costumbres y creencias. La respuesta dada fue “los dioses”. El oro se formó de las lágrimas de los dioses, decían los incas. Y como dice el profeta Ageo en la Biblia “la plata es mía y el oro es mío, así dice el Señor de los ejércitos”.


La cantidad de oro que poseían los chimús es enorme y además sorprendente pues las fuentes de oro no se encuentran en las regiones costeras sino en tierras altas.


Siglos antes de los chimús la costa perteneció a los mochicas. Este pueblo dominó el arte de la fundición del oro.


Los incas no tenían ningún ídolo en sus templos. De hecho en algunas representaciones si que había uno, la imagen de Manco Capac, pero no de ningún dios. Esta costumbre nos recuerda los mandatos del Éxodo bíblico de no forjar ni adorar ídolos.


Los quipos incas eran cuerdas de diferentes colores, de lana, con nudos en diferentes posiciones. Estos quipos se parecen a los tzitzit israelitas. Estos tzitzit eran flecos en el extremo de un hilo azul que se sujetaban a las prendas para recordar los mandamientos de dios.


La sucesión para los incas era también la de los hebreos, que lo heredaron de los sumerios. El heredero legal era el hijo tenido con una hermanastra como ocurrió con Rocca.


Otra similitud está en la costumbre de la circuncisión que se aplicaba en el caso inca solo en la familia real.


Humboldt mencionó una leyenda según la cual la gente del otro lado del océano Atlántico desembarcó en Venezuela y se introdujo tierra adentro. Existen restos del sendero que cruzaba desde Venezuela /Guayana hasta Ecuador/Perú. En la desembocadura del Amazonas se han encontrado cerámicas con diseños sumerios y mesopotámicos. Hubo otra ruta importante que conectaba el punto de desembarco por el sur con los Andes.


Pero ese pueblo que desembarcó ahí no fueron los incas sino un pueblo transatlántico. Los incas desembarcaron en el océano Pacífico en la costa peruana. Ese pueblo fueron los olmecas que después de su desembarco en el golfo de Méjico, se extendieron hacia el sur en América Central y luego por el norte de Sudamérica.


En el lado occidental, en la costa de Ecuador y de Colombia en el Pacífico las leyendas nos narran la llegada de los naymlap y otros antepasados de sudamericanos sino dos desembarcos de gigantes, uno en tiempos del Imperio Antiguo, y el otro en tiempo de los mochicas.


«Llegaron por la costa, en embarcaciones de juncos tan grandes como barcos, un grupo de hombres de tal tamaño que, desde la rodilla hacia abajo, eran de altos como un hombre normal».


Estos gigantes utilizaban herramientas de metal para cavar túneles en las rocas y robaban la comida a los nativos. Violaban a sus mujeres pues los no había mujeres entre los gigantes desembarcados. En la cerámica mochica aparecen ellos representados en blanco y los gigantes en negro. En esta cerámica también aparecen ancianos blancos con barbas.


Estos gigantes eran los negros olmecas y sus compañeros barbados los misteriosos “asirios” que huían de las sublevaciones de Centroamérica hacia el 400 a.C. Fueron dejando monolitos, entre ellos cabeza de piedra gigantes, o estatuas de piedra que representaban a gigantes con herramientas o armas, y con rasgos africanos olmecas.


Quizá estos invasores transatlánticos fueron los que llevaron a Sudamérica los relatos de la creación, del diluvio, del dios serpiente.


El panteón de los dioses de la zona ecuatorial estaba formado por doce dioses encabezada por un tríada: el dios de la creación, el dios del mal y la diosa madre; también incluía a los dioses de la luna, del sol y del trueno o lluvia. El dios de la luna tenía un rasgo superior al del sol.


El jefe de los dioses en chibcha se llamaba Abira, que se asemeja mucho al epíteto divino mesopotámico Abir que significa fuerte, poderosos. El dios de la lluvia, como he repetido, se llamaba Si o Sian que se parece mucho al nombre mesopotámico de ese mismo dios, Sin.

89 Los chavín

Antes de los mochicas estaban los chavín –cultura chavín- desde el 1500 a.C. aproximadamente. Surgió repentinamente y sin desarrollo previo gradual aparente. Su centro era Chavín de Huantar a 3000 metros de altitud en los Andes, situado en un valle triangular que forman unos ríos. Ese valle triangular se allanó, se abancaló en unas 3 hectáreas. Allí se construyeron estructuras geométricas cuidadosamente adaptados al terreno. Estaba rodeada por una muralla de 12 metros salvo en el este que estaba abierta al río. En su interior hay edificios y plazas alineados con los puntos cardinales de forma precisa.


El edificio más grande estaba construido en piedra recubiertas por unas losas lisas semejantes al mármol con incisiones decorativas. Desde el este se llegaba a este edificio por una escalera monumental que accedía a un pórtico imponente flanqueado por dos columnas cilíndricas –algo extraño en Sudamérica- y unos bloques verticales de piedra junto a ellas. El pórtico así sustentado tenía un dintel horizontal de 9 metros hecho de una sola piedra. Tras el pórtico había una escalera doble que conducía hasta dos torres. En la parte oriental que da acceso al edifico había una plaza hundida a la que se accedía por escalones y que estaba rodeada por tres plazas rectangulares. En la parte externa de la plaza hundida había una gran roca alineada con las escaleras del edificio. Esta roca era plana con siete agujeros y una hornacina rectangular.


En el interior de este edificio y de otros dos grandes edificios hay unas estructuras laberínticas, con pasillos, habitaciones y escaleras. Hay pasadizos sin salida, hornacinas y salientes sin propósito aparente, y conductos verticales o en pendiente. En el edificio principal se encontró el Obelisco de Tello con unos dibujos aglomerados de cuerpos y rostros humanos pero con garras o alas, con pájaros, árboles dioses que emiten rayos o cohetes y con muchos trazados geométricos.


Otra piedra tallada encontrada es el monolito de Raimondi, que se cree que estaba sobre la gran roca plana de la plaza hundida. Sobre el monolito de dos metros y medio de altura hay un dios con un arma en cada mano. Su cuerpo y extremidades son antropomórficas pero su rostro no. Su rostro no es humano ni ningún animal de Sudamérica. El rostro parece el de un toro, animal que no existía en Sudamérica, pero sí en Mesopotamia. El toro era el animal de culto de Adad, y todavía hoy se llama Montes de Tauro a una cordillera que atraviesa sus viejos dominios.


Otra piedra tallada encontrada es El Lanzón, una columna con forma lanceolada de 3´5 metros de altura. Colocada en una galería de 3 m de altura su extremo superior sobresalía a través de una abertura cuadrada. La piedra contiene una imagen de un rostro antropomorfizado que parece un toro.



El fin de estos edificios de Chavín de Huantar no era religioso sino funcional. Contienen una red de túneles en la roca por debajo de toda la ciudad y conectaban varios compartimentos subterráneos alineados. Estos túneles conectan los dos ríos que bordean Chavín, uno por encima de la ciudad (en la montaña) y el otro por debajo (en un valle). De esta forma ingeniosa creaban un potente y controlado flujo de agua para utilizarla en dispositivos de criba de oro.



Cronológico 5 - 90 a 91


90. Barbados, Olmecas y Valdivianos en Sudamérica


(Los Barbados y los Valdivianos son Enlilitas, en cambio los Olmecas son Enkilitas.)

La llegada de Olmecas y Barbados semitas a Sudamérica parece que tuvo lugar hacia el 1490 a.C. 

Fue durante el reinado del 12º rey del imperio antiguo cuando llegaron a Cuzco noticias del desembarco de hombres de gran estatura, que se asentaron por toda la costa y tenían herramientas de metal. Pasado un tiempo los gigantes se movieron hacia las montañas. Los gigantes provocaron la ira del Gran Dios y éste los destruyó.



Esta fue la primera oleada, no la segunda, aquella que en el 400 a. C. tuvo lugar cuando olmecas y Barbados huían de Mesoamérica.

La primera oleada y la segunda terminaron igual. Se han hallado imágenes de cuerpos negroides mutilados y con grotescas expresiones. Allí terminó la expansión de esta cultura africano-semita tanto en Mesoamérica como en los Andes, llegando hasta Chavín y no pasando más al sur, aunque algún africano si que avanzara algo más.

Sus obras hidráulicas-metalúrgicas se encuentran en asentamientos olmecas, en Méjico, y en varios lugares de los Andes.



Entre los objetos de Chavín de Huantar hay recipientes con forma de toro-felino, de cóndor-águila, de tortuga. Hay jeroglíficos hechos con colmillos entrelazados en las paredes y en objetos. Hay losas decoradas con motivos egipcios como el Ojo de Ra, serpientes o pirámides. Hay piedras decoradas con motivos mesopotámicos como los discos alados, o dioses con tocados cónicos como los dioses mesopotámicos. Estos dioses tienen rasgos africanos y están tallados en hueso.


Estos negros africanos (Olmecas) aparecen piedras grabadas en Chavín y en lugares cercanos, y se les ve sosteniendo algún tipo de herramienta. 
En lugares costeros próximos se encuentran cabezas –en arcilla- de los Barbados. En ellas se aprecia una enorme semejanza con las esculturas asirias. Se han encontrado cabezas de piedra esculpidas con rasgos semitas en Chavín de Huantar pero con muecas grotescas o mutilaciones clavadas como trofeos en las murallas por lo parece que no consiguieron llegar vivos hasta allí.



  • Los valdivianos en sudamérica:
En Chavín antes que esos barbados habitaron otros hombres blancos, los valdivianos, que aparecen retratados en bustos de piedra espléndidamente vestidos, con turbantes. 
Sus narices rectas los identifican como indoeuropeos, originarios de Asia Menor, Elam y quizá el valle del Indo. En la zona de Chavín, y norte de los Andes aparece en tablillas de piedra la representación de la hazaña de Gilgamesh en lucha con dos leones. 
Estos indoeuropeos no parecen haber llegado a Centroamérica sino sólo en Sudamérica.


Según la leyenda de Naylamp llegaron a través del Pacífico a Ecuador, concretamente a la península de Santa Elena que se introduce en el océano. 
Allí se han encontrado asentamientos antiguos fechados hacia el 2500 a.C. en lo que se llama la fase Valdiviana. De estos asentamientos hay estatuillas de piedra con la nariz recta, y con el jeroglífico hitita de dioses en cerámicas.


Estos indoeuropeos se extendieron hacia el sur y construyeron en Cuzco, en Machu Picchu, y en todas partes donde se extrajera o cerniera oro. Al sur de Chavín, en muchos sitios se moldearon rocas como si fueran plastilina haciendo plataformas con escaleras que no llevan a ninguna parte, canales, hornacinas, compartimientos, túneles en las montañas, canalizaciones de agua para que ésta fluyera en la dirección deseada y con finalidad no de satisfacer las necesidades urbanas por que sus habitantes podían abastecerse fácilmente del cercano río sin estas sofisticadas instalaciones.

La leyenda de Naylamp 

(extraído de http://www.huascaran.edu.pe/ vía bibliotecapleyades.net)

Siguiendo la corriente del Niño, algunas embarcaciones en forma de balsa viajaban hacia el sur. La navegación, iniciada en la costa occidental de México proseguía serena y regular sobre la clara inmensidad del océano Pacífico. Encabezaba el grupo la nave del jefe: un inmenso abanico de plumas multicolores adornaba su proa.

Sobre el puente de mando se erguía un hombre de elevada estatura, aspecto aristocrático y altivo, tez clara y facciones netamente semitas; envolvía un voluminoso turbante rematado por una diadema de plumas, sujeta a su vez por una magnífica turquesa.
Naymlap - éste era su nombre - el héroe divinizado, guiaba su flota hacia la región que más tarde se llamaría Perú. Tras algunos días de navegación, al avistar una playa que le pareció adecuada para sus proyectos, emitió una orden. Las naves viraron hacia el éste. Poco después, la proa de la nave capitana encallaba dulcemente en la arena.

Un nuevo ciclo histórico estaba a punto de comenzar

Junto a la playa había centenares de embarcaciones quietas, en las que se amontonaban miles de hombres, mujeres y niños; pero nadie se movía.

Poco más tarde, un hombre bajó de la nave capitana: era Pitazofi, encargado de hacer sonar la trompa real, un instrumento construido con un caracol llamado Spondylus. Avanzó algunos pasos y luego, llevándose a los labios el nacarado cuerno , la arrancó un sonido ronco y potente.

Acto seguido el jefe de los portadores de la litera real, Nicacolla, bajó a tierra seguido de sus ayudantes. Ellos también se quedaron inmóviles apenas pisaron la playa, mientras resonaba otro toque de trompeta y descendía de la nave otro viajero, con un pesado cofre a cuestas.

Se trataba de Fongasidas, cuya función consistía en esparcir por el suelo, delante del cortejo real, puñados de piedrecillas rojas a fin de proteger de al augusto ocupante de la litera.

Volvió a escucharse la trompa y, seguido por seis hombres que transportaban enormes cajas, desembarcó LLapchilully, encargado del guardarropas real; luego le tocó el turno a Ochocali,¨cocinero-jefe¨,junto con sus ayudantes.

Por último desembarcó Allopoopo, cuya misión era preparar el baño del rey a cada etapa del viaje.

Todos aguardaban inmóviles.

Y he aquí que, sin que resonara la trompa, cuatro individuos lujosamente ataviados y con sendas coronas de oro sobre las sienes, desembarcaron con paso solemne llevando a hombros una litera sobre cuyos cojines estaba muellemente recostada la princesa Ceterni, esposa del rey.

De pronto, una voz ronca dejó oír una orden y todos los pasajeros de la nave capitana se ordenaron en fila sobre la cubierta: Naylamp avanzó entre ellos, estrechando contra el pecho un gigantesco Spondylus. Apenas hubo desembarcado, se postró ante su dios.

Todos los demás pasajeros a tierra ...

¿Cuál fue la primera orden del rey? Tal como harían más tarde los conquistadores, ordenó que se erigiese, en el lugar exacto del desembarco, una señal tangible de su llegada, un monumento que celebrase, de acuerdo con sus intenciones, la alianza entre el mar y la tierra, es decir, entre sus respectivas divinidades: Chia (la luna) y Ra, el dios solar generador de mieses...

Por último, vale la pena recordar que a orillas del lago del Guatavita se celebraba todos los años una ceremonia religiosa que consistía en arrojar al agua algunos trozos de arcilla verde; dichos trozos habían de transformarse, en el interior del palacio lacustre, en una estatuilla que representaba a una rana, naturalmente de jadeíta.

La ciudad de LLampallec está ya edificada, la religión ha arraigado sólidamente, y la economía de la nueva nación es segura y estable. Entonces, tal como ya lo habían hecho Quetzalcóalt y Viracocha, el primero respecto a mayas y aztecas, y el segundo respecto a los pueblos andinos, Naymlap decide partir y dejar a su gente.

Acercándose a la orilla del mar, despliega las alas y pronto desaparece tras el horizonte.

Quedaba su hijo, Si-Um, quien reinó sobre el país durante muchos largos años. Antes de morir se hizo encerrar en un subterráneo para dejarle a su descendencia, a manera de legado, el mito de la inmortalidad.

Tres de sus hijos crearon pequeños principiados locales. La dinastía propiamente dicha tuvo aún once representes, el último de los cuales, Fempellec, quiso trasladar a otro sitio la estatua de Naymlap, que, por aquel entonces, estaba en el templo de Chia, la Luna.

Sin embargo, por alguna causa desconocida, no pudo llevar a término su proyecto: cuentan que se le apareció un "demonio" bajo el aspecto de una joven que lo sedujo y le convenció que renunciase a su propósito. 

Estalló entonces una terrible tempestad que duró treinta días, y, cual auténtico diluvio, arrasa con las cosechas casi por completo.

El pueblo, desorientado y preso de irritación ,se reveló contra el soberano, y, tras sumar a su causa a nobles y sacerdotes, los rebeldes capturaron a Fempellec, lo amarraron fuertemente, arrojándole al mar.

Así, por extraña fatalidad, la mítica dinastía de Naymlap, que había llegado del mar, concluyó también en mar. Nadie volvió a ocupar aquel trono hasta que el Gran Chimú de Chan Chan extendió su dominio sobre casi todas las regiones occidentales de América del Sur.

La siguiente versión  pertenece a http://www.mazulagia.com/ María Luisa Veneros

En el norte del Perú existen los restos de una cultura muy antigua a la que se le llamó Sicán, la que se desarrolló durante el siglo IX a.c.

Aún en nuestros días se cuenta la historia que dio origen al gran reino Sicán, esta historia es la de Naylamp.

Un día como cualquiera de los días de los pocos pobladores de Lambayeque, apareció por el mar en una balsa; un misterioso Señor que traía el rostro pintado de diversos colores, usaba ropas de plumas, y venía con él un séquito muy grande.

En ese séquito se encontraban sus numerosas concubinas, un número indescriptible de oficiales que se encargaban del cuidado personal del Señor y de sus concubinas, y muchos seguidores que lo consideraban su capitán y lo llamaban Naylamp.

La balsa se detuvo en la boca de un río llamado Faquisllanga, desde donde Naylamp observó, con la gran sabiduría de la que era poseedor, unas tierras fértiles que le podrían ser útiles para desarrollar sus actividades. Entonces dijo a Cetarni, su mujer principal:

-Creo señora Cetarni que ha de ser aquí donde hemos de asentar nuestro reino.

Y fue así que con el consentimiento de Cetarni, Naylamp y todo su séquito caminaron tierras adentro por aproximadamente media legua hasta encontrar lo que a su parecer era el lugar más apropiado para establecerse. Allí todos sus seguidores construyeron palacios como ellos sabían hacerlo y llamaron al nuevo poblado Chot.

Los oficiales y seguidores de Naylamp veneraban con devoción bárbara a un ídolo enorme tallado en piedra verde con el rostro de su señor, el que había sido transportado desde sus tierras desconocidas, y decidieron ponerlo a manera de estatua en el centro de la cuidad para ser adorado. Esta estatua fue llamada Llempellec, que significa figura y estatua de Naylamp.

Esta gente vivió muchos años en paz y trabajando para servir a su señor Naylamp, al que veneraban y cuidaban de manera sigilosa. Había gente que se dedicaba a la fabricación de sus ropas con plumas de aves, otros que se especializaban en la pintura del rostro de su Señor, otros en rociar conchas marinas molidas por el camino donde iba a pasar Naylamp, algunos al cuidado del anda que servía de medio de transporte para el Señor y algunas mujeres encargadas de los baños especiales para El y sus mujeres.

La gran parte de la población se dedicaba a la agricultura y pesca (vivían a orillas del mar) para la alimentación de la población y su Señor, así como a la fabricación de piezas de barro como vasijas y cántaros para los rituales, y herramientas de agricultura a base de metales.

Durante todo este tiempo Naylamp tuvo muchos hijos en cada una de sus mujeres. Llegado el tiempo de la muerte del señor, su hijo mayor y heredero del reino, Cium, salio a dirigirse a su pueblo y dijo:

- Nuestro Señor y querido padre mío, ha tomado alas por su propia virtud y volado desapareciendo en el cielo donde morará desde ahora y vigilará y cuidará de nuestras vidas.

Uno de los principales oficiales del reino preguntó acongojado:

- Si nuestro señor Naylamp no mora entre nosotros ahora, ¿Quien dirigirá nuestro pueblo?

A lo que muy preparado Cium respondió:

- Nuestro señor es inmortal, seguirá gobernándonos y hará saber sus decisiones a través de mí, que seré su instrumento para dirigirse a Uds.

Y fue a así que Cium se convirtió en el nuevo caudillo, tuvo muchos hijos en distintas concubinas como su padre. A la muerte de Cium, su hijo mayor asumió el liderazgo de esa población y así sucedió con muchas generaciones, hasta que llegó un desafortunado gobernante llamado Fempellec.

Fempellec ya no creía en la divinidad de Naylamp ni de sus antecesores, por lo que mando mudar la estatua de Naylamp desde Chot a otro poblado; sin embargo no consiguió trasladar la estatua, y como castigo se le presentó el demonio en la figura de una hermosa mujer que tentó a Fempellec consiguiendo que duerma con ella.

Consumada la unión entre el demonio y Fempellec se desató una lluvia intensa (nunca antes había llovido por esas costas). El diluvio duró treinta días al que le siguieron varios años de sequía y hambruna.

Los sacerdotes se dieron cuenta del sacrilegio de su caudillo y decidieron matarlo apedreándole hasta morir. Fue así como se quedaron sin líder por algún tiempo hasta que un tirano muy malvado llegó con un gran ejército y se apoderó de esas tierras siendo así el final del poblado fundado por Naylamp.

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En otras versiones, los sacerdotes amarraron a Fempellec y lo arrojaron al mar desde un acantilado llamado Fempellec .

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wikipedia

La leyenda de Naylamp fue transmitida por el cronista español Miguel Cabello Valboa. Relata que un gran rey de nombre Naylamp, Naymlap o Ñañlap, llegó por mar desde el sur, en medio de una gran flota de balsas y acompañado de una lujosa corte de funcionarios, versados en diferentes artes y oficios. Desembarcó en la boca del río Faquisllanga (río Lambayeque) y se adentró unos 2 km tierra adentro, instalándose en un lugar donde edificó una huaca a la que llamó Chot, que probablemente es la que se conoce actualmente como Huaca Chotuna. El rey trajo un artefacto de piedra verde llamado "Yampallec", que era una representación de su propia imagen, la misma que guardó en la huaca de Chot.

Naylamp inauguró un largo período de paz y prosperidad en la región. Tuvo hijos en su esposa y 40 concubinas y murió en avanzada edad. Según unos, la nobleza le enterró en su palacio, pero deseosos de hacer creer en su inmortalidad, anunciaron que, hastiado de la vida terrena, había empleado su poder para hacerse crecer alas y se había remontado en vuelo al cielo. Así fue convertido en divinidad.

 Naylamp


Naylamp inauguró una dinastía de varios soberanos, doce en total, incluyendo a él; el último de ellos, el rey Fempallec, quiso trasladar el ídolo Yampallec a otro lugar, provocando la ira de los dioses. En ese trance, un demonio en forma de mujer se le apareció a Fempallec y lo tentó a tener relaciones carnales. El pecado del rey ocasionó una serie de desgracias para la nación lambayeque: lluvias, sequías, hambruna. El castigo se completó cuando posteriormente llegó de los reinos del sur un tirano poderoso, el Chimo Cápac o Chimú Cápac, que se adueñó de las ricas tierras de Lambayeque.



Esta leyenda explicaría cómo una dinastía de reyes exitosos dominó la región basándose en un culto religioso, y que finalmente la falta de atención en el gobierno por el último de ellos terminó con la dinastía, mientras que el pueblo fue conquistado por un tirano del sur. Se sabe que ese tirano era un rey chimú, que conquistó Lambayeque. Los sacerdotes, desesperados, habrían buscado explicaciones a su desdicha. Por eso el mito termina sugiriendo una ofensa a los dioses y el consecuente castigo que éstos supieron propinar.