miércoles, 14 de septiembre de 2016

75 Sudamérica y Job

Cronológico 5 - 75 a 77

75. Las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi:

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En Sudamérica, en el actual Perú, al oeste de Cuzco, está este lugar.


Uno de estas instalaciones son las ruinas de Sayhuiti-Rumihuasi. Se encuentra en la confluencia de un río y un torrente menor, como tantas otras instalaciones de este tipo.


Hay un muro de contención y unas construcciones de gran tamaño en ruinas que se llaman pirámides truncadas (en la lengua nativa). Este lugar es conocido por los monolitos “los grandes monolitos de Sayhuiti”.


Entre ellos el llamado Gran Monolito desde lejos parece un inmenso huevo brillante apoyado en la ladera. Mide 4´2x3x2´7 metros. La parte inferior se modelo con precisión como medio ovoide, y la superior se labró como mapa, plano de alguna zona desconocida.


Ese mapa presenta ríos, túneles, canales, escaleras, muros, plataformas, edificios con hornacinas, animales de Perú y figuras humanas que parecen guerreros.


En el extremo superior del Gran Monolito hay un “plato” y desde allí descienden serpenteando unos surcos de unos 3 cm de anchura hasta unos agujeros de desagüe redondos en el borde inferior del mapa.


Unos surcos zigzagueantes como los del Gran Monolito también están en un inmensa roca que se talló geométricamente con peldaños, plataformas, y hornacinas en cascada. En la parte superior de uno de sus lados se tallaron pequeños platos conectados a un “recipiente” más grande del que desciende un canal que se separa en dos surcos. Esto parece indicar que se vertía cierto líquido en la roca recipiente (roca que había sido vaciada, y con una puerta -abertura por detrás). Este lugar también presenta losas con surcos complejos, agujeros geométricamente preciso que podían haber tenido una finalidad técnica.

76. Los canales sinuosos de Kenko:


Kenko, que en lengua nativa significa canales sinuosos se encuentra al este de Sacsahuamán. 
Contiene un enorme monolito que se eleva sobre una base y semeja un animal grande como un león que se levanta sobre sus patas traseras. El monolito está rodeado por un muro de algo menos de dos metros de altura con hermosos sillares. La base del monolito es una inmensa roca. El muro circular empieza (y se cierra) sobre esa roca como una pinza.


En la parte opuesta a esa unión del muro con la roca, esta se labró en varias terrazas con escalones. En los laterales se talló la roca como planos inclinados con canales zigzagueantes. El interior de la roca se vació para crear túneles complejos y cámaras. Hay una puerta abertura en la roca tallada geométricamente y dentro unas estructuras que algunos comparan con tronos y altares.


Otro lugar interesante es el Cori-Huairachina está a unos 80 km de Cuzco y su nombre significa “donde se purifica el oro” (¡ !). 



Allí se hizo un curso artificial para que el agua cayera por una cascada entre dos muros por 54 peldaños tallados en la roca.

77. Sacsahuamán:






Existen varios sitios más de estos a lo largo del valle Sagrado y por el lago Dorado. Parece que el sitio más colosal e importante de todos fue Sacsahuamán.





A 15 km de allí en Pampa de Anta hay tallados en la roca unos escalones en forma de luna creciente, que le dieron el nombre al lugar “piedra luna” = Quülarumi. Múller consideró que era un observatorio astronómico para el promontorio de Sacsahuamán por que allí no hay nada que ver salvo los cielos del este.



En Sacsahuamán se construyeron murallas, conductos, y otras estructuras: tallando la roca viva y añadiendo grandes sillares tallados de forma geométrica poligonal. Todas estas estructuras tenían como fin la canalización de agua de lluvia o del deshielo de forma controlada de nivel en nivel.


Una inmensa zona circular cerrada con esos sillares megalíticos parece que hacia las funciones de embalse. Una esclusa subterránea construida con esos sillares permitía la salida del agua del embalse circular. De esa cámara esclusa sale un canal que va a parear al laberinto Chingana excavado en la roca por debajo del embalse circular.


Todo indica que eran lugares donde se purificaba el oro, una criba del oro a gran escala. En el embalse circular se vertía algún mineral o compuesto químico desde el Rodadero, y por el otro lado del embalse entraba agua con fuerza. Luego el agua salía por la cámara-esclusa, circulaba por el laberinto y finalmente quedaba en las cubas de piedra el oro limpio. Pura alquimia.


Las colosales murallas megalíticas protegían y daban soporte a la plataforma maciza que era imprescindible para los vehículos de transporte del mineral. ¿vehículos aéreos?


La costa del océano Pacífico de Sudamérica central entre la montaña y el mar es un terreno con escasas lluvias pero con ríos que descienden desde la zona montañosa oriental, separados entre si unos 100 km. Unos son más grandes y otros más pequeños, entre algunos la distancia es menor y entre otros mayor, pero tracemos imaginariamente unos ríos paralelos separados unos cien kilómetros. En torno a cada río imaginemos unas verdes zonas fértiles separadas por desierto.


Las poblaciones humanas se establecieron en esas zonas fértiles fluviales y en las costas marítimas. Su desarrollo técnico permitió más tarde conducir agua adicional desde las montañas hasta sus poblaciones mediante acueductos. También llegaron a construir caminos para comunicar unas zonas fértiles con otras. También se construyeron pirámides con ladrillos de barro separando las zonas fértiles del desierto.


En la parte norte de esta zona se establecieron los mochicas hacia el 400 a. C. Su panteón de dioses estaba encabezado por Nannar-Sin, al que ellos llamaban Si o Sian, cuyo símbolo era la luna creciente. Nos dejaron representaciones de dioses alados y de gigantes. Destacan su bella cerámica y bellos tejidos. Dominaban la fundición del oro, la construcción con ladrillos de barro cocidos al sol, y sus pirámides o zigurats religiosos que se agrupaban en grandes complejos religiosos.


En la parte sur del río Rímac, que da nombre a la capital actual de Perú, estaban los chinchas en la costa y los “Aymara” en la parte interior. En esta zona sur chincha-aymara estaba el templo mayor de Sudamérica. Estaba dedicado a Anu aquí llamado “Creador del Mundo” (= Pacha-Camac), y a sus descendientes Enlil (Vis = Señor de la Tierra), y su mujer Mama-Pacha (= Dama de la Tierra), Enki como M?/Pacha-Cocha? = Señor del Agua, y su mujer Mama-Cocha (Dama del Agua), también está Nannar-Sin como dios Luna = Si, o Sian, Marduk-Ra como el dios Sol Illa-Ra y Adad  aquí como el dios héroe o Kon y otros conocidos nefilim mesopotámicos.


El templo mayor o de Pacha-Camac era el destino religioso de los sudamericanos occidentales. Tenía un enorme reconocimiento. Los peregrinos llevaban oro hasta allí, pero solo los sacerdotes podían entrar y luego ante la multitud –descalza- repetían las palabras que los dioses les habían comunicado por el aparato correspondiente, el oráculo.


Así se acumularon cantidades enorme de oro procedentes de otras zonas. Con este oro se hizo una estatua de Pacha-Camac, y se recubrieron las paredes del templo con láminas de oro y plata sujetas por clavos de plata.



Las leyendas atribuyen el templo a los Gigantes. Los chinchas remodelaron y embellecieron el lugar, situado en una terraza sobre el océano, a los pies de una montaña dividida en cuatro plataformas de inmensos bloques de roca. La terraza superior tenía un tamaño de varias hectáreas. Era un lugar muy bien escogido con unas vistas al océano.




Se creía que este era el lugar para resucitar a los muertos, el lugar de los inmortales. Allí llevaban a sus familiares y les momificaban en espera de la resurrección. El encargado de este asunto era Adad, aquí también llamado “El atronador” = Rímac (el que da nombre al río) que se representa con una “varita mágica” en la mano izquierda y un arma de varías puntas, quizá “un rayo”, en la mano derecha, y una corona con apéndices ¿cuernos? sobre la cabeza. Adad/Rímac/Raman era también apodado en Mesopotamia, Raman (el atronador). De Raman proviene el verbo tronar (el semita).



Rímac, es también conocido como Kon, el dios héroe, el Ira-Ya.


En una estatua de piedra de Puma Punku (un barrio de Tiahuanacu) se encontraron turquesas en los ojos. No existían turquesas en América, de modo que las llevarían del Sinaí o de Persia.

Sobre otras piedras verde azuladas, quizá esmeraldas podemos leer en el libro de Job en la Biblia: Los amigos de Job le hablan de las muchas maravillas de los cielos y la tierra que sólo su dios conocía; entre ellas estaban las maravillas de los metales y sus filones, y el ingenio para encontrarlos y extraerlos de las profundidades de la tierra.


Hay una tierra de la que vienen los lingotes,

cuyas entrañas están agitadas como con fuego;

un lugar donde las piedras son verde azuladas,

que tiene las vetas de oro.


Nos están hablando de las explotaciones mineras de los Andes. La primera línea dice que de allí se transportaban el oro hasta Oriente Próximo, luego dice que había vetas de oro en las entrañas de la tierra y que eran tratadas como con fuego.



Ni siquiera el buitre conoce el camino,

ni el ojo del halcón lo discierne…



Estaba en una ubicación para ellos desconocida, y el dato del buitre y el halcón nos indica claramente que se trata de altas montañas, tan altas que ni estos animales alcanzan. Se trata de las altísimas montañas andinas.



Allí pone Su mano sobre el granito,

derrumba de raíz las montañas.

Abre galerías a través de las rocas,

y todo lo que es precioso Sus ojos han visto,

represa las fuentes de los ríos,

y saca a la luz lo que estaba escondido.


Nos habla del trabajo minero en las duras rocas de los Andes donde abrían galerías, derrumbaban montañas, sacando los metales del interior (escondidos), no solo el oro. Y también el trabajo en los ríos donde quedó atrapado el oro entre el fango y tuvo que ser filtrado para separarlo (represa las fuentes de los ríos). Nos indica claramente donde hacían esos procesos: en esas fuentes.


Además fijémonos en que el sujeto de la acción es el dios de Job, asimilado al dios de Israel en cuanto que lo incluyen en la Biblia (aunque el texto perteneciera a otro pueblo, de época no muy clara, ni localización; solamente está claro que Job era un hombre muy rico y poderoso de Oriente Próximo y por eso tenía estos tres amigos). Repito: el sujeto de la acción es el dios de Job, y quién es el sujeto de la acción minera andina: los trabajadores mineros claro, pero en nombre de Viracocha. Por lo tanto ¿Quién es el dios del relato de Job? Precisamente el annunaki, que por delegación de su padre Enlil, el soberano del planeta, tenía en potestad el territorio donde estaban los israelitas. ¡qué casualidad!


Él pone fin a la oscuridad,

explora lo que hay de valor

de las piedras en las profundidades y en la oscuridad.

Abre el arroyo lejos del poblado,

donde se mueven los hombres olvidados y extraños.


Los trabajadores mineros trabajan en la oscuridad con alguna fuente de luz, dilucida el material que hay de valor y el que no de los materiales que hay en las excavaciones mineras (profundidades, oscuridad), en las corrientes de agua, y en la última línea nos vuelve a ubicar el lugar: es un lugar muy distante con hombres olvidados y extraños. No eran sus vecinos de la casa de al lado, aunque el término olvidados nos indica que había trabajadores de la casa de al lado pero que se fueron tiempo ha. Y con ellos estaban otros trabajadores , los extraños.


Sólo Dios conoce su camino

y sabe cómo se establece.

Pues Él puede explorar los confines de la Tierra

y ver todo lo que está bajo los cielos.


Un lugar desconocido, muy lejos de casa.


su origen …

Con oro sólido no se puede comprar,

ni se paga a precio de plata.

No se valora con el oro rojo de Ofir,

ni con la preciosa cornarina ni con el lapislázuli.

No se le compara el oro ni el cristal,

ni su valor en vasijas de oro.

El coral negro y el alabastro no merecen ni mención;

el Conocimiento vale más que las perlas


Nadie podía conseguir la información de dónde estaba ese lugar. Ese conocimiento vale más que el propio oro que se extrae. Ni con todas las riquezas ningún hombre puede conseguir esa información.

Ningún hombre conoce su camino;

¿Y quienes eran esos “amigos de Job”que le informaban de estos asuntos minero-metalúrgicos? Uno se llamaba “Dios es mi oro puro”, y era del sur de Arabia; otro se llamaba “lugar de los fosos profundos” y era del territorio hitita y el tercero se llamaba “señor de todos los herreros”, de Naamá, un lugar quizá en la costa del Mar Rojo, en todo caso, un lugar asociado a TubalCaín el epónimo de la metalurgia. Los tres lugares eran tierras relacionadas con la minería o la metalurgia. Así que sabían de lo que hablaban.

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