miércoles, 14 de septiembre de 2016

67 Asia sudoccidental en los milenios II y I a.C.




Cronológico 4 - 67



Los annunaki en Asia sudoccidental en los milenios II y I a.C.

Hatti, el reino de los hititas



A principios del segundo milenio a.C. las tribus arias del Cáucaso se escindieron en dos migraciones, una hacia la India y otra hacia la actual Turquía que dio lugar, entre otros, a los hititas. Así dieron origen a Hatti, un reino que tuvo su apogeo hacia el 1750 a. C. y durante medio milenio se mantuvo en su esplendor para después decaer. Su capital se llamaba Hattusas


El nombre Hatti, del que procede nuestro término “hititas” está tomado de otro pueblo, asentado anteriormente en este territorio.

Los egipcios les llamaban Heta (HT). En la biblia aparecen como Hittim y la traducción de la biblia por Lutero es la causa por una evolución de términos: Hittim - Hethiter (alemán) - Hittites (inglés) - Hititas que lleva hasta nuestra palabra hititas. Los hititas se referían a sí mismos como Nesitas (nesili, nasili o nisili), término que deriva de una importante ciudad llamada Nesa.

Los hititas expandieron sus territorios hacia el sur hasta Canaán y la reconocieron como zona neutral sin conquistarla, a diferencia de Egipto que la invadió varias veces, consiguiendo vencer Egipto a Canaán en 1470 a. C en la batalla de Megiddo.

El reino de los hititas es clasificado por los estudiosos en cinco periodos: el periodo primero que abarca hasta el 1680 a.C. , el llamado Reino Antiguo desde 1680 hasta 1500, el Reino Medio desde 1500 hasta 1430, el reino nuevo desde 1430 hasta 1200, y el periodo posterior, a partir del 1200 a.C. .

Periodo primero: (2000) - 1680 a.C.

El periodo primero comprende la entrada en Anatolia de las tribus hititas procedentes del Cáucaso (aunque quizá vía Grecia). En el siglo XX a.C. ya empleaban la escritura (en su propia lengua, en sumerio y en acadio) empleando caracteres cuneiformes derivados del sumerio.


  • El primer rey conocido se llama Pittkhana y es el conquistador de Nesa a mediados del siglo XVIII.
  • Su sucesor fue su hijo Anitta llamado el Gran Señor de la Escalera.
  • Su hijo y sucesor se llamó Tudhaliya que es el autor del texto indoeuropeo más antiguo (un siglo más que el Rig-Veda) "Proclamación de Anitta". En este periodo los asirios establecieron asentamientos comerciales en Kanesh (nombre asirio de la ciudad de Nesa o Nesitas).
  • Después reinaría Pu-Sarruma (según la hipótesis Forrer). Su hijo Papahdilmah y sus hermanos se levantaron contra él. Abdicó en su yerno Labarna I  y se inicia así el periodo llamado Reino Antiguo.

      Reino Antiguo: 1680 - 1500 a.C.

  • Labarna I acabó con la vieja dinastía. Primero tuvo que vencer a Papahdilmah y después llevó sus conquistas hasta el Mediterráneo por el sur y el Mar Negro en el norte. El nombre de este rey es desconocido porque se hizo tan poderoso y prestigioso que era conocido no por su nombre sino por su título labarna que significa gobernante poderoso.
  • Le sucedió su hijo Hattusili I, siglo XVII, es el que convirtió a la ciudad de Hattusa en la capital hitita abandonando la vieja capital Nesa.
  • Después reinó su nieto Mursili I que continuó la expansión territorial conviertiendo  a su reino en la tercera potencia de Oriente Próximo tras Egipto y Babilonia. Llegó a atacar a Babilonia. Murió asesinado por su cuñado Hantili I.
  • En el reinado de Hantili I los hurritas atacaron y saquearon su territorio. Fue asesinado por su yerno Zidanta I.
  • Zidanta I, siglo XVI, fue también sucedido por su asesino y nieto Ammuna.
  • Ammuna tuvo un reinado catastrófico. Hubo una pertinaz sequia, la rebelión de numerosas ciudades, la pérdida de muchos territorios y la perdida de la ruta hacia Siria. Murió por causas naturales y no por asesinato.
  • Huzziya I, familiar de Ammuna, le sucedió unos cinco años. Su cuñado Telepinu alzó una rebelión contra él que le desterró.
  • Telepinu consiguió recuperar muchas ciudades y territorios y la ruta hacia Siria. Creo el llamado Rescripto de Telepinu que es un conjunto de normas sobre la sucesión real para evitar el derramamiento de sangre. Establecía que los hijos varones los sucesores y que el rey padre escogería entre ellos al sucesor. Se atribuye a este documento una importancia histórica y jurídica. Como burla del destino no tuvo hijos varones.
        Su muerte en el 1500 a.C. pone fin al Reino Antiguo y comienzo al Reino Medio.

 Reino medio: 1500 - 1430 a.C.
  • Alluwamna, yerno del anterior, le sucedió. Murió asesinado por su sucesor Tahurwaili.
  • Tahurwaili forma parte de este lista de reyes del periodo oscuro cuyo orden aún no está establecido definitivamente.
  • Hantili II, hijo de Tahurwaili llegó al poder siguiendo la trágica tradición. Sufrió la primera de las invasiones de los Kaska del Ponto a los hititas. El Ponto es la región nordeste de Anatolia que recibe este nombre por su costa en el mar negro (Ponto Euxino).
  • Fue sucedido por Zidanta II, cuya relación familiar con Hantil se desconoce. Continuó las guerras con Kizzuwadna, que era un reino hurrita en el golfo de Alejandreta (sudeste de "Turquia").
  • El siguiente es Huzziya II que murió asesinado por su sucesor Muwatalli I.
  • Muwatalli  I  también murió asesinado por Himuili que era supervisor de los guerreros de los carros de oro. Su muerte provocó una breve guerra civil que terminó con la proclamación como rey del hijo de Himuili, Tudhaliya II.

  • Con su muerte termina el Reino Medio y se inicia el Reino Nuevo 1430 a.C.

    Reino nuevo 1430 - 1200 a.C.

  • Tudhaliya II tuvó que luchar contra territorios que se sublevaron y contra la segunda invasión de los kaskas. 
  • Arnuwanda I sucedió a su suegro hacia el año 1400 a.C. Continuó la lucha contra los territorios rebelados y los kaskas. Mitanni y Egipto se aliaron y esto impidió la expansión oriental de los hititas. 
  • Hattusuli II consiguió someter al reino hurrita de Kizzuwadna. 
  • Tudhaliya III sufrió fuertes invasiones. Los kaskas destruyeron la capital. Hubo otros invasores por el oeste y el nordeste que fueron finalmente rechazados. Murió asesinado por una rebelión de oficiales encabezados por su hermano y sucesor. 
  • Suppiluliuma I, siglo XIV, es considerado uno de los reyes hititas más exitosos y famosos. Convirtió al reino hitita en la primera potencia del Oriente Próximo, también gracias a la debilidad de Egipto y Babilonia, y a que Asiria no tenía suficiente fuerza.
  • Le sucedió Arnuwanda II, que solo reinó un año pues murió por una epidemia. 
  • Le sucedió su hermano mayor, Mursili II. Luchó en occidente contra los primeros aqueos o precursores suyos y en el norte contra los kaskas. 
  • Le sucedió, ya en el siglo XIII, su hijo Muwatalli II. Ante la creciente hostilidad de Egipto dividió el reino hitita en dos partes dejando el norte a cargo de su hermano Hattusili III, El faraón Ramsés II atacó el reino sur de Muwatalli II en la batalla de Qadesh. Fue una victoria pírrica para los hititas pero pusieron así una barrera a Egipto.
  • Le sucedió su hijo Urhi-Tesub, que volvió a unificar el reino en la capital Hattusa. En su reinado Asiria se convirtió en una potencia peligrosa para el reino hitita. 
  • Hattusilii III, que había ocupado el virreino norte luchando contra los kaskas bajo su hermano sucedió a su sobrino Urhi-Tesub expulsandolo del poder. Éste huyó a Egipto pidiendo asilo a Ramsés II. La tensión entre los dos países no mejoró y finalmente llegaron a un tratado de paz. 
  • El poder de Asiria fue en aumento atacando y venciendo a los hititas en la batatlla de Nihriya ya con el siguiente rey hitita de nombre Tudhaliya IV, hijo del anterior rey Hattusilii III. Pero a pesar de las pérdidas territoriales por el este, los hititas se extendieron por toda Anatolia y por Chipre alcanzando quizá la máxima extensión hitita.
  • Le sucedió su hijo, Arnuwanda III que se enfrentó a los pueblos del mar en 1200 a.C. y a los kaskas.
  • Las derrotas de este rey frente a estos ataques ponen fin al Reino Nuevo y dan comienzo al Periodo Posterior.

Periodo posterior 1200 - (750) a.C.


El reino hitita se fragmentó y continuó durante siglos hasta que el reino hitita de Karkemish en Siria fue conquistado por Asiria en el siglo VIII a.C.




Los dioses de los hititas


  • Teshub. 
Teshub significa El de las tormentas (otros nombres son: Adad/Indra/Ishkur) cuyo antiguo título era "Dios de la tormenta cuya fuerza causa muerte".
Teshub pretendía ser el legítimo heredero para controlar las regiones superiores de la tierra y para ello Teshub se enfrentó con el dios Kumarbi.
El ”vengador de Kumarbi”  y sus aliados permanecían ocultos en la parte “oscura” de la Tierra y luego “crecía” aparecía y combatían en el aire y en el mar.
 Teshub, que también tenía aliados (setenta dioses con sus carros), fue derrotado al principio y tuvo que huir hasta luchar contra él en combate singular, con el arma “Trueno-tormentador o que dispersa rocas a noventa estadios”.
Y “el Relámpago de espantoso resplandor” ascendía al cielo en su carro tirada por dos Toros del Cielo dorados y plateados y “desde los cielos puso la cara” hacia el enemigo y tras un duro combate Teshub venció.
Los reyes hititas sostenían que Teshub intervenía en sus batallas.  Así escribe el rey hitita Murshilis (hacia el año 1600 a.C.):


"El poderoso dios de la tormenta, mi señor mostró su divino poder y lanzó un rayo al enemigo propiciando su derrota".


Ishtar:

También ayudaba a los hititas la diosa Ishtar que era llamada Dama del campo de batalla:

Con su "divino poder" ella "bajaba de los cielos para aplastar a los países hostiles".


Sobre la crueldad de los hititas


Los hititas eran expertos guerreros y se les reconoce el perfeccionamiento del carro en el combate.
Los hititas sólo iban a la guerra cuando sus dioses les mandaban y daban al enemigo la posibilidad de rendirse pacíficamente antes de luchar.
Tomaban cautivos y tributos de los vencidos pero  no saqueaban las ciudades ni masacraban a la población al contrario que Egipto.
Como ejemplo del nivel de crueldad egipcio, el faraón Tutmosis III  (hacia el año 1470 a.C.) se dedicó a la destrucción total obedeciendo a su dios Amón-Ra y también otros faraones actuaron de forma extremadamente cruenta.

La llamada a los dioses en los tratados entre paises


En el año 1350 a.C.  el rey hitita Shuppilulima y el rey hurrita de Mitanni Mattiwaza firmaron un tratado de paz. Mitanni era un país al este de los hititas que estaba, en Mesopotamia, en la zona del río Éufrates entre Hatti y Acad.
En los tratados entre los países se añadía al final una llamada “a los dioses firmantes para que estuvieran presentes, para escuchar y servir de testigos”.
En este tratado se empieza con los dioses que regulan la realeza en Hatti y en Mitanni (que son los mismos para los dos reinos) es decir Teshub y su mujer Hebat.
Después vienen los dioses masculinos y femeninos hijos de esa pareja con las ciudades de las que eran dioses gobernantes bajo la tutela de sus padres.
No hay un emparejamiento o relación de paralelismo entre los dioses de un reino y de otro como ocurrirá más tarde en un tratado entre Hatti y Egipto. Esto es así porque el panteón de dioses de los hititas les llegó a través de los hurritas. Quiero decir que los dioses de Hatti y de Mitanni son los mismos y por esto no hay esa relación de paralelismo, en cambio si la establecen entre los dioses de Hatti y los Egipto porque son dioses distintos, son los dos clanes enemigos de siempre, y los tratadistas buscan relaciones por alguna característica que les pueda asociar, para así asociar Hatti con Egipto.
Al final del tratado se añaden entre los dioses a Mitra-ash, Uruwana, Indar y los dioses Nashatiyanu (Mitra, Varuna, Indra, y los dioses nasatya de los hindúes).
También estaban listados los “Dioses de antaño”, los dioses de los sumerios y acadios.
«Anu y Antu,
Enlil y su esposa Ninlil,
Ea y su esposa Damkina;
así como «el divino Sin, señor del juramento… Nergal de Kutha… el dios guerrero Ninurta… la guerrera Ishtar».

Los dioses de antaño


Tanto el panteón hurrita (y por tanto el hitita) como el hindú procedían de una fuente común: la sumeria-acadia.
Los hititas y los hurritas pronunciaban los nombres de los dioses en su propia lengua pero los escribían en sumerio. Por ejemplo el término divino que en sumerio era din.gir literalmente procede de din que significa Los Justos y de gir De las naves voladoras. Así Din.gir significa Los Justos de las naves voladoras, que se traduce por dioses.
Así Teshub se escribía Din.gir  im, donde im es tormenta. Teshub se escribe así “dios de la tormenta” o “divino tormentador”. Por cierto, este Din.gir im es el nombre sumerio de Ishkur o sea Adad.
Teshub también se escribía Din.gir u “el dios diez” y este 10 era el rango numérico de Ishkur/Adad (Anu 60, Enlil 50, Ea 40,…)
También como al Ishkur/Adad sumerio los hititas representaban a Teshub blandiendo el “Arma de Brillantez”, un arma que emitía relámpagos.
Los Din.gir eran los Justos de las naves voladoras, que vinieron a La tierra desde su planeta y fueron los griegos los que empezaron a llamarles dioses.
Los Din.gir se establecieron en nuestro planeta en el sur de Mesopotamia y llamaron al país Ki.en.gir que significa Tierra del Señor de las naves voladoras, aunque luego los acadios lo llamaron  Shumer, que significa Tierra de los Guardianes.

Los hititas frente al faraón Ramses II

En el siglo XIII a.C. continuaban todavía las luchas entre Egipto y los hititas.
En una batalla decisiva contra el rey hitita Muwatallis en el 1286 a. C. en Kadesh, una fortaleza del Líbano, el faraón egipcio Ramsés II describe la "milagrosa aparición de Amón-Ra " junto a él. 

Los hititas tuvieron que movilizar tropas desde todas las partes de su imperio y vencieron totalmente al faraón deteniendo así su expansión por Siria y Mesopotamia pero agotando sus recursos. Los hititas quedaron totalmente debilitados.
En esta batalla Ramsés II se vio atrapado por los hititas y clamó a su dios Amón-Ra para que lo rescatara y el dios enkilita apareció en el campo de batalla y detuvo los movimientos de los hititas para que el faraón consiguiera escapar con vida.
"Y Su Majestad dijo:
« ¿Y ahora qué, Padre mío Amón?
¿Acaso un padre va a olvidar a su hijo?
¿Acaso he hecho algo sin ti?
Todo lo que hice o dejé de hacer,
¿no fue de acuerdo con tus mandatos? ...
« ¿Qué son estos asiáticos para ti, Oh Amón;
estos desgraciados que no saben nada de ti, Oh Dios?»...
Amón me escuchó cuando le llamé. Extendió su mano sobre mí y me regocijé. Se puso detrás de mí y gritó: « ¡Adelante! ¡Adelante! ¡Ramsés, amado de Amón, estoy contigo!»
Y se decían entre sí los hititas:
«No es un mortal el que está entre nosotros:
es un poderoso dios;
sus hazañas no son las hazañas de un hombre;
un dios está entre sus miembros»."
Presionado por los ataques cada vez más frecuentes de los Pueblos del Mar, cuando Muwatallis murió, el rey hitita Hattusilish III envió al faraón un tratado de paz que el egipcio rechazó.
«El gran Jefe de Hatti siguió escribiendo año tras año para aplacar a Su Majestad, pero el Rey Ramsés no prestaba atención».
Tras trece años de intentos fallidos el rey  hitita ofreció a su hija mayor en matrimonio y un tesoro inmenso al faraón para sellar una paz que terminara con más de dos siglos de guerras. Ramsés aceptó la paz y convirtió a la princesa hitita en la reina egipcia Maat-Neferu-Ra que significa “La belleza que ve Ra”.
El rey hitita escribió el tratado en acadio y le envió una copia en plata al faraón. Ramsés lo plasmó en estela de Karnak.
De la comparación de las dos versiones no debe deducirse que Set sea Teshub. En el escrito egipcio se habla de “Set de Hatti” y en el hitita de Teshub. Teshub significa Tormenta Ventosa y aunque Set no sabemos directamente lo que significa, sabemos que su nombre griego, Tifón, significa Viento Feroz.
En todo caso hay un emparejamiento, un paralelismo, de los dioses hititas y egipcios en el tratado. Se les compara o asocia por sus epítetos. Se trata de dos clanes de dioses distintos y enemigos y se les asocia en parejas como Set con Teshub, para “atar”, relacionar, o asociar mejor el reino hitita con el egipcio en el tratado.
A Teshub se le asocia con Set. A la esposa de Teshub de nombre Hebat  se le llamaba la “Dama de los Cielos” para equipararla con la versión egipcia. A Ra “El brillante” se le equipara el “Señor del Cielo” hitita que en su versión acadia es Shamash “El brillante”.

Los hititas y los aqueos

Cuando el rey Muwatallis murió los dos imperios firmaron la paz presionados por los ataques cada vez más frecuentes de los Pueblos del Mar (invasores de Creta y de otras islas griegas).
Los hititas sufrieron las invasiones de pueblos que venían por el mar Egeo, los aqueos, que ellos llamaban Pueblo de Achiyawa, y Homero llama Achioi.
Estos pueblos del mar se establecieron en las costas mediterráneas de Canaán y aparecen en la biblia con el nombre de filisteos.
Estos aqueos-filisteos llegaron en su avance hasta Egipto y lucharon contra el faraón Ramsés III. Este faraón escribe que sus victorias se debían a que "Amón-Ra iba detrás destruyéndolos".

el profeta elías




Elías aparece como un profeta en la biblia que vivió en Israel en el siglo IX a.C. durante los reinados de Acab y Ocozias. Su nombre significa “Mi Dios es Yahveh”, Eliyah.


La biblia nos cuenta que sus seguidores eran perseguidos por los cananeos adoradores de Baal.



Elías se retiró a un lugar escondido, próximo al río Jordán, y allí fue instruido por Dios, y recibió un “manto tejido de vellos” y recibió el poder de hacer milagros.



Elías fue a una ciudad próxima a Sidón, Fenicia, realizó el milagro para una viuda que le admitió en su casa. Hizo que un poco de aceite y harina duraran para toda la vida de la viuda.



Después Elías clamó a Dios para resucitar al hijo de esa viuda.



Elías podía hacer venir Fuego de Dios que utilizaba contra reyes y sacerdotes enemigos.



Elías fue citado para reunirse definitivamente con los anunnaki con antelación e información suficiente. Él sabía cuándo y dónde le recibirían: En la orilla izquierda del río Jordán. En el momento concreto no estaba sólo sino acompañado de su discípulo Eliseo, y en las proximidades había unos cincuenta discípulos, a pesar de que la voluntad de Elías era estar solo en ese momento.



Elías separó las aguas del río con su manto milagroso, y cruzaron caminando por el río. En la otra orilla se pusieron a hablar y entonces apareció un “carro de fuego y caballos de fuego los separaron uno del otro y Elías subió al cielo en un torbellino”.



Eliseo quedó abajo atolondrado. Después volvió atrás y recogió el manto milagroso que Elías había dejado, y con él separó las aguas del río y lo atravesó de nuevo. Los discípulos que esperaban al otro lado del río al ver la separación del agua se postraron ante Elíseo al presenciar el milagro.



Los discípulos no creyeron que Elías ya no volvería sino que aquel torbellino lo transportaría a algún lugar y después volvería.



Por esto según las fuentes judaicas continua vivo. Los judíos le esperan en la víspera de Pascua en la mesa, poniendo un cubierto para recibirlo cuando vuelva.


Los asirios: surgimiento


Al noroeste de Mesopotamia surgió el imperio asirio que estaba en la jurisdicción otorgada por su padre Enlil al dios Assur/Adad, un dios barbado cuyo nombre asirio, Assur, significa "El que todo lo ve".




Adad/Assur viajando en su ovni o disco alado



Asiria se extendió primero hacia el norte y el oeste hasta el mediterráneo.  Asiria se extendió así sobre los territorios de dos anunnaki hermanos y aliados, los territorios de Adad y los de su hermano mayor, el príncipe anunnaki, Ninurta, el primogénito de Enlil. Por esto los reyes de Asiria se declaran servidores de Assur y Ninurta.
Podemos leer que: "Tiglat-Pileser, el rey legítimo, rey del mundo, rey de Asiria, rey de las cuatro regiones de la tierra;
El valeroso héroe, guiado por los mandatos dignos de confianza de Assur y Ninurta, los grandes dioses, sus señores, venciendo así a sus enemigos…
Por orden de mi señor Assur, conquisté por mi mano desde más allá del bajo río Zab hasta el Mar Superior, que está en el oeste. Tres veces marché contra los países Nairi… Hice que 30 reyes de los países Nairi se postraran a mis pies. Tomé rehenes de ellos, y recibí como tributo suyo caballos dóciles al yugo…”
“Por mandato de Anu (Ninurta representaba a Anu al ser hijo y heredero de Enlil, que a su vez era hijo y heredero de Anu) y Adad, los grandes dioses, mis señores, fui a las montañas del Líbano, y corté vigas de cedro para los templos de Anu y Adad."

Asiria contra Babilonia

(La lucha del clan de Anu por recuperar Babilonia que estaba bajo Marduk)
Adad y Ninurta lanzaron a Asiria contra Babilonia para recuperar Mesopotamia, la región donde residieron ambos y otros grandes nefilim hacía siglos, pero en los primeros siglos fue Babilonia quien dominó a Asiria, aunque unos siglos más tarde se liberaran de ella.
Podemos leer al rey Salmanasar III, el asirio que consiguió vencer a Babilonia en el siglo IX a.C.:
"Yo sólo actuaba bajo los mandatos dignos de crédito que me daba Assur, el gran señor, mi señor, que me ama." 
y añade:

"Combatí con la Fuerza Poderosa que Assur, mi señor, me había dado; y con las potentes armas que Nergal, mi guía, me había regalado."
Esta arma de Assur  tenía un fulgor aterrador. En un relato se narra como el enemigo huyó al ver "el aterrador Fulgor de Assur; esto les sobrecogió"
(Nergal era un hijo de Enki, o sea un hermano de Marduk que abandonó su clan pasándose al bando de Anu).
Durante siglos duraría esta lucha entre los asirios (seguidores de Anu)  por recuperar Babilonia (de Marduk) y aunque en el siglo IX a.C. el citado rey Salmanasar III consiguió vencer a los babilonios, no fue hasta el año 689 a.C. cuando Senaquerib  saquea finalmente Babilonia.

LAS CONQUISTAS DE SENAQUERIB


Este rey asirio, Senaquerib, conquistó Canaán siguiendo la costa mediterránea hasta el Sinaí donde llegó a enfrentarse a Egipto.

En el siglo VII a.C. Marduk se enfureció con su rey de Babilonia y decretó "la desolación de los setenta años" que también fue declarada por su adversario el dios Yahveh de Israel, Adad (en cuanto representante de Enlil y por lo tanto de Anu), para Jerusalén. En este tiempo Babilonia e Israel cayeron bajo Senaquerib, el asirio.
Este rey asirio relata que venció las ciudades de Fenicia y Filistea con "el Fulgor, el arma de Assur. En las representaciones de las batallas aparecen lanzamientos de cohetes contra los enemigos. Senaquerib utilizó estas poderosas armas para someter a Fenicia y Filistea.
Pero el rey de Jerusalén, Ezequías de Judá había capturado a un rey muy leal al dios Assur/Adad (Padi, rey de Ecron, Filistea). Por esto Assur sometió a Jerusalén a setenta años de desolación pero ordenó a Senaquerib no utilizar su Fulgor, sino que atacó con armas menores a Jerusalén, sitió a Ezequías en Jerusalén, sin conquistar la ciudad y conquistó muchas de sus ciudades sin el ensañamiento que tuviera para las fenicias y filisteas.
La conquista de Jerusalén fue un capricho de Senaquerib, no fue una orden de Assur. El rey asirio envió a su general Rab-Shakeh para asaltar la ciudad. Este general se acercó a las murallas y gritó en la lengua de los sitiados (hebreo) que él venía a destruir Jerusalén por orden de Yahveh, y que por lo tanto deberían someterse a su propio dios. Ezequías lo consideró una blasfemia y llamó al profeta Isaías para que se dirigiera a Yahveh para saber a qué atenerse.

"Yahveh respondió a través del profeta Isaías: “En lo relativo al rey de Asiria… por donde vino, volverá; y en esta ciudad no entrará… pues yo la defenderé para salvarla”».
Y sucedió aquella noche,
que el ángel de Yahveh
salió e hirió en el campamento de los asirios
a ciento ochenta y cinco mil hombres;
y, he aquí, que al amanecer no había más que cadáveres.
Y así, Senaquerib, el rey de Asiria, partió, y regresando se quedó en Nínive."

ASARADÓN, SUCESOR DE SENAQUERIB


Senaquerib por mandato de sus dioses había nombrado sucesor a su hijo menor Asaradón. Tras el regreso a Nínive de Senaquerib sus dos hijos mayores le asesinaron e intentaron también asesinar a su hermano y heredero pero la diosa Ishtar y otros dioses protegieron a Asaradón.

"...al matar a Senaquerib e intentar matar a Asaradón, pero los dioses lo alejaron de ellos y me llevaron a un lugar oculto… preservándome para la realeza”.
Después de un período de confusión, Asaradón recibió «un mandato digno de crédito de los dioses: “¡Ve, no te demores! ¡Marcharemos contigo!”»
...
Sus hermanos se hicieron con el poder en Nínive y Asaradón dirigido por Ishtar atacó la ciudad para ser su rey. Sus hermanos no esperaron que llegara sino que salieron a luchar.

«Ishtar, la Dama de la Batalla, que deseaba que fuera su sumo sacerdote, permaneció a mi lado. Ella rompió los arcos de ellos, y dispersó su orden de batalla».

«Ante su egregia orden, se pasaron en masa a mi bando y se reagruparon detrás de mí,» escribió Asaradón, «y me reconocieron como su rey».
…………………………………………………
Asaradón y su hijo Asurbanipal atacaron Egipto con armas de Fulgor
Asiria llegó a vencer a Egipto descendiendo en su avance hasta el Bajo Egipto.  

LAS ARMAS DE FULGOR


«El aterrador Fulgor de Assur», escribió Assur, «cegó al faraón de manera que se volvió loco».
Este Fulgor era un tocado radiante que llevaban los dioses, que emitía un intenso y cegador resplandor como se puede leer  (en otra ocasión diferente)
«Ishtar, que mora en Arbela, vestida con Fuego Divino y luciendo el Tocado Radiante, hizo llover llamas sobre Arabia».
Estas armas de Fulgor parecen haber sido utilizadas por los emisarios, ángeles de Yahveh cuando llegaron  a Sodoma  y fueron atacados por los sodomitas. Se defendieron cegando a los que estaban en la entrada de la casa y pudieron salir con Lot y su familia.

EL FIN DE ASIRIA


Los dioses utilizaron a los asirios como herramientas de castigo contra las naciones:
« ¡Oh Asiria, el azote de mi ira! Mi cólera es la vara en sus manos; contra las naciones impías los envío; y les hago cargar sobre todo aquel pueblo que me enoja».
Pero los asirios llegaron demasiado lejos en  su soberbia:
«Pediré cuentas al rey de Asiria, pediré cuentas de los frutos de la creciente soberbia de su corazón».
…………………………………………………..
La caída de Nínive y Asiria se produjo por una rebelión de los babilonios del sur que movilizaron a invasores del norte y del este en el 614 a.C.
Los territorios sometidos a Asiria volvieron a restaurarse y a expandirse.
Egipto tomó la delantera, y su faraón Nekó ya empezó con las invasiones.
Babilonia bajo las órdenes del dios Marduk también invadió en este caso el oeste con Nabucodonosor II (Nabû-kudurri-uṣu).
………………………………………………
Esta invasión se produjo porque "el otro dios", el dios que tenía la soberanía de la región" Adad ya "no deseaba el país de los cedros"  y ahora "un enemigo extranjero lo dominaba y lo esquilmaba" (su hermano mayor Ninurta).
La decisión de Adad de pasarse del bando de su abuelo Anu al de su adversario Marduk supuso el fin de Asiria.

el periodo de Marduk como Yahveh de Israel


Este cambio es algo transcendental ya que el Yahveh de Israel, el anunnaki que controlaba el territorio, pasa de ser Adad (sometido a su padre Enlil y por tanto a su abuelo Anu) a ser Marduk, justo el adversario de la familia, el Satán, y todo por los abusos de su hermano mayor, el príncipe heredero Ninurta. 

Este cambio de nefilim supremo de Israel está muy claro en la biblia. En la biblia leemos que Yahveh a través de su profeta Jeremías estaba del lado de Babilonia, pues el Señor Yahveh llama a Nabucodonosor «mi siervo». Nabucodonosor y  Babilonia estaban con Marduk; si Yahveh reconoce a este rey como siervo está claro que Yahveh es Marduk.
Está claro que Yahveh es un título –el señor de los ejércitos, el anunnaki supremo de Israel, el dios de Israel, el soberano nefilim de Israel- y no un nombre de persona o anunnaki concreto, ya que ahora es Marduk y antes era Adad.

"Así dice Yahveh, Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: «He aquí que yo mando en busca de Nabucodonosor, mi siervo…
Y él herirá la tierra de Egipto, y dará muerte a quien sea para la muerte, y cautiverio a quien sea para el cautiverio, y espada a quien sea para la espada. Y prenderé fuego en la casa de los dioses de Egipto, Y prenderé fuego en la casa de los dioses de Egipto, y él los incendiará…
Y romperá los obeliscos de Heliópolis, la que está en la tierra de Egipto; y Las casas de los dioses de Egipto abrasará con fuego».
Marduk (Yahveh) había decidido hacer del rey babilónico el instrumento de su ira contra los dioses de Egipto.
Marduk en su nuevo cargo de Yahveh de Israel también ordenó la destrucción de Jerusalén con ensañamiento “por  los pecados de su pueblo”, por haberse dedicado al culto de la «Reina del Cielo» y de los dioses de Egipto:
«Mi ira y mi furia se derramarán sobre este lugar… y arderá y no se apagará… Sobre la ciudad en la que mi nombre se ha pronunciado vendrá la perdición».
Y así fue que en el año 586 a. C., destruyó Jerusalén y el templo y deportó a Babilonia a numerosos habitantes de Jerusalén.
«Nabuzaradán, capitán de la guardia del rey de Babilonia Nabucodonosor II, entró en Jerusalén; e incendió la Casa de Yahveh, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén… y el ejército de los caldeos echó abajo las murallas que rodeaban Jerusalén».

El periodo de Sin como Yahveh de Israel


Pero los enlilitas recuperaron Jerusalén quitando a Marduk y el nuevo Yahveh (Sin) prometió que esa desolación duraría 70 años. Los territorios de Sin eran vecinos a los de Adad, al sudeste.
También Babilonia pasó de Marduk a Sin. Sin sentó en el trono de Babilonia a Nabunaid. Sin hizo cambios profundos en Babilonia.
«Puso una estatua herética sobre una base… pronunció su nombre “el dios Sin”… En el momento oportuno de la Festividad de Año Nuevo, aconsejó que no hubiera celebraciones… Confundió los ritos y trastocó las ordenanzas».
El rey que tuvo que cumplir la promesa y permitir la reconstrucción del Templo de Jerusalén fue Ciro. Se cree que sus antepasados, que hablaban una lengua indoeuropea, habían emigrado hacia el sur desde la región del Mar Caspio hasta la  costa oriental del Golfo Pérsico. Allí el líder de los emigrantes inició una dinastía de los Aqueménidas; sus descendientes —Ciro, Darío, Jerjes— hicieron historia como soberanos del imperio persa.


CIRO, LA DINASTIA PERSA


Los enemigos de Marduk, los anunnaki fieles a Anu, abandonaron la Tierra hartos del eterno enfrentamiento y hartos de los humanos. Sólo Sin, su mujer, su administrador y unos pocos servidores quedaron con él. Era el momento perfecto para Marduk.
Marduk quería recuperar Babilonia y buscaba un guerrero adecuado y se fijó en Ciro que estaba luchando contra los griegos.
«buscó y rebuscó por muchos países, intentando encontrar a un soberano justo y dispuesto a ser dirigido. Y pronunció el nombre de Ciro, Rey de Anzán, y dijo su nombre para que fuera el soberano de todas las tierras».
«le ordenó que marchara contra su propia ciudad. Babilonia. Hizo que saliera al camino de Babilonia, yendo a su lado como un amigo de verdad».
Ciro, acompañado en persona por el viejo anunnaki Marduk, pudo tomar Babilonia sin derramamiento de sangre, pues no era visto como un conquistador sino como un liberador de la ciudad. En aquel día, correspondiente al 20 de marzo del 538 a. C., Ciro, nada más entrar en la ciudad, se dirigió al templo de Esagil y ante los asistentes «sostuvo las manos de Marduk/Bel, que significa “el Señor”, con ambas manos» en el recinto sagrado de Babilonia.
El día de Año Nuevo, su hijo, Cambises, ofició la restaurada festividad en honor a Marduk.
Desde aquel día Babilonia dejó de ser independiente como había sido profetizado.
Marduk en su cargo de Yahveh de Israel le ordenó sobre los judíos. Podemos leer en la biblia que Ciro «fue encargado para ello por Yahveh, el Dios del Cielo”. Y así, Ciro, casi inmediatamente, permitió el regreso a Judea de los deportados judíos y la reconstrucción del Templo de Jerusalén. Este edicto se conserva en el Museo Británico en el llamado Cilindro de Ciro.
Aunque Ciro y  los persas eran de origen, el Antiguo Testamento los alaba especialmente. Ciro  estaba considerado como un «Ungido de Yahveh» —una estrechísima relación entre el Dios hebreo y alguien no hebreo impensable. Ciro reconoce en el Libro de Ezra que el dios del cielo era quien le ordenaba la liberación de los judíos, y la reconstrucción del templo.
La reconstrucción del Templo, bajo el liderazgo de Ezra y Nehemías, se culminó en 516 a.C., setenta años después de su destrucción (586 a.C.), tal como lo había profetizado Jeremías.
Ciro murió en el 529 a.C. sin conquistar Egipto que seguía sometido a Sin, el nuevo representante de los dioses enlilitas.
Ciro dejó a sus sucesores un imperio que abarcaba en uno solo a todos los primitivos imperios y reinos de la región: Mesopotamia,  Elam y Media en el este; las tierras del norte; las tierras hititas y griegas en Asia Menor; Fenicia, Canaán y Filistea; todo bajo un solo rey y de un solo anunnaki o dios supremo, Ahura-Mazda, Dios de la Verdad y la Luz.


El libro de Daniel


El libro de Daniel en la biblia trata  de este periodo histórico del fin de Babilonia.
Daniel era un cautivo israelita que fue llevado a Babilonia junto a muchos otros. Daniel era uno de esos cautivos judíos que servían en la corte de Nabucodonosor.
Más tarde, bajo el reinado de Baltasar, fue elevado de rango a adivino e intérprete de sueños y augurios a partir del episodio siguiente.
Se menciona que una mano misteriosa escribió “mene mene tekel upharsin”. Daniel, a diferencia de los adivinos del rey, se atreve a decirle que comprende el mensaje. El mensaje dice que por decisión de dios el reino de Babilonia ha llegado a su fin y pasará a medas y persas.
El libro nos narra las visiones de futuro de Daniel.
Nos cuenta que tras setenta años los judíos serán liberados y se reconstruirá el templo de Jerusalén.
Nos habla del auge del imperio persa y de su posterior caída por los griegos de Alejandro, y de la división de este gran imperio tras su muerte.
Las profecías de Daniel continúan más allá de Alejandro, dan la fecha del Príncipe Ungido hacia la época de Jesucristo, la fecha del cambio de administrador del planeta para el segundo cuarto del siglo XXI, y añade el fin del poderío nefilim en la tierra y entonces   «los reinos bajo el cielo se le darán al pueblo, los santos del Altísimo» para una fecha que no conoce.
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Marduk en su ovni, su disco alado.





CAMBISES, SUCESOR DE CIRO


En 525 a.C. Cambises, hijo de Ciro, derrotó a Egipto atravesando Siria, y avanzando por la costa mediterránea del Sinaí hasta Pelusium. Se proclamó faraón a los cuatro años de su reinado en Menfis, capital de Egipto.
Pero reconoció que Egipto no entraba dentro de los dominios de su dios (ya que pertenecía ahora a otros familiares suyos enlilitas). Acepto el dominio de los dioses de Egipto. Cambises se postró ante sus estatuas. A cambio, los sacerdotes egipcios legitimizaron su soberanía sobre Egipto, concediéndole el título de «Descendiente de Ra». 

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Marduk se había convertido en un anunnaki anciano y bondadoso que perdió la cabeza como tantos ancianos humanos. Marduk murió en esa época tras varias décadas sentado en un gran trono en Babilonia. Aparentemente las guerras entre enkilitas y enlilitas habían terminado.
Pero el bando de Satán, el adversario, el enemigo de Anu parecía seguir teniendo miembros en la tierra. Aunque Marduk/Bel había muerto, y Nabu se sometió, parecían quedar otros miembros. El oculto sucesor del difunto Marduk decidió jugar la baza de Grecia.

GRECIA: alejandro magno

Los conflictos de los persas con los griegos fueron aumentando. En el 490 a. C., Darío I intentó invadir Grecia y fue derrotado en Maratón; nueve años después, Jerjes I fue derrotado en Salamina.
Siglo y medio más tarde, Alejandro de Macedonia cruzaba desde Europa para lanzar una campaña de conquista que vería correr la sangre de hombres de todas las tierras de esa latitud entre el mediterráneo y la India.
Alejandro era hijo de la reina Olimpia, esposa de Filipo II de Macedonia, Su madre consiguió hábilmente que Alejandro fuera coronado rey de Macedonia tras urdir el asesinato de su exmarido Filipo.
Primero se separó de su marido y después con el plan bien trazado fingió la reconciliación, momento aprovechado para provocar su muerte y la inmediata coronación de su hijo como rey de Macedonia. Alejandro tenía 20 años.
Olimpia le aseguraba que su padre había sido un dios egipcio. Alejandro conquistó Egipto para escuchar el oráculo del dios que le confirmara sus orígenes semidivinos. El oráculo confirmó su origen, que su padre era Amón. Sabemos por otro lado que Amón es Ra y también Marduk, que significa el Brillante, la Luz (Lucifer). Parece que Marduk había muerto hacía décadas, de modo que Alejandro era hijo no natural de Marduk con métodos que ahora podemos suponer, o quizá Marduk vivió un poco más.
La corte de Filipo fue visitada por un faraón que en el pseudo Calístenes llama Nectanebo. Este egipcio era un mago ante la corte macedónica, pero según este relato era en realidad Amón disfrazado de faraón.
El oráculo también le predijo su temprana muerte, y los viajes y conquistas de Alejandro vinieron motivados por su búsqueda de las Aguas de la Vida.
Alejandro sabía de la longevidad (“inmortalidad”) de los anunnaki, y como él era hijo de uno de ellos se consideraba con derecho con ella. Por esto, y especialmente desde que el oráculo le advirtió sobre su prematura muerte se dedicó de lleno a la búsqueda de lo que llamaba “el Agua de la Vida” (¿el árbol de la Vida del Edén?).
¿Dónde debía buscar? Alejandro no era un ignorante. Había tenido como maestro a Aristóteles. Sabía que Zeus llegó a Creta a nado desde Tiro, Fenicia. Sabía que Afrodita apareció en Creta viniendo del mar, que Poseidón llegó desde la actual Turquía a caballo, que Atenea llevo a Grecia el olivo, y el olivo procedía de Asia occidental.
Todo le indicaba a Alejandro que debía buscar en Asia occidental. Alejandro había leído también obras de griegos que afirmaban que en Asia occidental estaban las aguas de la eterna juventud.

Alejandro viaja a las instalaciones nefilim en Etiopía


También conocía a Heródoto que relata que Cambises rey de Persia tras conquistar Egipto envió espías a Etiopía, muy al sur de Egipto. Los espías le informaron a Cambises de que los etíopes tenían la fuente de la eterna juventud.
Era una fuente con un agua “como tan débil que nada conseguía flotar en ella, ni madera u otras substancias leves; en ella todo se hundía” (Heródoto, Historia III).
En Méroe, un punto del Nilo en Sudán, en la antigua tierra de Cucha se encontró el Templo del Sol, que se cree que es el lugar donde los espías de Cambises vieron “la Mesa del Sol”.
Así que se propuso el camino de las aguas africanas antes de la búsqueda de las aguas de Asia occidental.
Egipto estaba sometido a los persas cuando Alejandro se propuso atacarlo. La falta de resistencia de Egipto, de un gran país, le sorprendió. Pero él fue a su objetivo: el primer paso es preguntar en el oráculo de Amón.
Confirmado como hijo de Amón, los sacerdotes le reconocieron como faraón y desde entonces aparecía en las monedas Alejandro como Zeus-Amón con dos cuernos.
Alejandro viajó hacia Karnak. Este lugar era un conjunto de templos dedicados a Amón entre los que se destacaba el templo de la reina Hatshepsut, hermana de padre de Alejandro Magno (mil años antes).
Antes de la búsqueda en Asia Alejandro debía seguir hacia el sur.  Alejandro escogió unos pocos y fieles hombres y se dirigió hacia el actual Sudán donde visitó a la reina de esa parte de Nubia, Candace, buscando información sobre su objetivo. Candace conocía el secreto del lugar donde estaba la “maravillosa caverna donde los dioses se congregan”. Alejandro consiguió la información y alcanzó el lugar.
Hoy sabemos por las inscripciones que en los inicios del reino nubio, existió una reina sabia y benevolente llamada Candace. Vivió en el primer milenio antes de cristo pero su datación cronológica no está conseguida todavía. Además todas las reinas –es decir, cuando el soberano era una mujer- tomaban el nombre de Candace-.
Dentro de su territorio, pero más al sur sabemos que estaba la ciudad de Sennar, que se cree que es la Shamar que se cita en estas leyendas de Alejandro.
“Él entró con algunos pocos soldados y vio una niebla azulada. Los techos brillaban como iluminados por estrellas. Las formas externas de los dioses estaban físicamente manifestadas; una multitud los servía en silencio.
De inicio, él se quedó sorprendido y asustado, pero permaneció allí para ver lo que acontecía, pues avistó algunas figuras reclinadas cuyos ojos brillaron como rayos de luz”.
“Y hubo uno que dijo: «Saludos, Alexander, ¿sabes quién soy?». Y él habló: «No, mi señor». El otro dijo: «Soy Sesonchusis, el rey conquistador del mundo que se unió a las filas de los dioses».
En uno de los grandes lagos que separan el Sinaí de Egipto que son una continuación al mar Rojo “había una edificación en el margen del lago y sobre esa edificación quedaba un altar pagano en el cual se leía: Soy Coch, rey del mundo, el conquistador que atravesó este lago”.
En la versión griega este Coch se cita como Sesonchusis. Hoy sabemos que se trata del faraón Senusret que reinó a principios del segundo milenio a.C. que era un devoto de Amón. En los monumentos nubios aparece dibujado recibiendo el Fruto de la vida (como una alcachofa gigante) de un dios brillante. Los historiadores griegos cuentan que conquistó desde Libia hasta Arabia, y hasta más allá de Persia, desde Etiopía hasta las islas del mar Rojo.
Heródoto, un siglo antes de Alejandro, dice de Sesonchusis: “Los pilares que él erigió aún son visibles”.
Cuando Alejandro vio el pilar junto al lago supo que estaba en el lugar citado por Heródoto.
El nombre egipcio de este faraón significa “aquellos cuyos nacimientos viven”
Los hombres que estaban en la caverna esperaban la llegada de Alejandro y no mostraron sorpresa alguna. Éste, un poco sorprendido, comprendió que de aquellos hombres podría obtener lo que buscaba: la longevidad de los anunnaki.
Fue invitado a entrar en una sala donde podría ver al Supervisor, al Soberano de los cielos. Alejandro vio “una niebla brillante como fuego y  sentado en un trono, el dios que una vez había visto siendo adorado por los hombres de Rokôtide, el Señor Serapis” (el dios Dionisio de los griegos).
Alejandro quiso iniciar su petición de inmortalidad preguntando: “Señor, ¿cuántos años viviré?”
Dionisio/Serapis no contestó. Alejandro comprendió el significado del silencio como respuesta.
Sesonchusis trató de consolar a Alejandro diciendo que aunque él consiguió la inmortalidad y conquisto el mundo conocido nadie recuerda su nombre ni sus hazañas y en cambio Alejandro perderá la vida pero su nombre será famoso por siglos y siglos.


Alejandro viaja a las instalaciones nefilim en asia occidental


Aquello no consoló a Alejandro. Comprendió rápidamente que no le darían lo que buscaba y por esto decidió ir a buscarlo en la otra fuente, la fuente de Asia occidental, donde quisiera que estuviera.


No sabemos dónde quedaba ese lugar, pero sabemos que Alejandro lo encontró en un lugar en las montañas “donde queda situado el paraíso, la tierra de los Vivos”. Sobre una alta montaña había una estructura brillante que sostenía otra estructura vertical como una escalera altísima que se elevaba mucha altura.


Allí encontró al bisabuelo de Noé, Enoc, en un gran salón o caverna que tenía estatuas de oro, cada una en su nicho, un altar de oro y dos inmensos candeleros de oro.


Enoc hace quizá 200.000 años

En la biblia, en el Génesis, Enoc aparece como el séptimo patriarca del linaje de Adán y Set.


A diferencia de los otros patriarcas la biblia no dice que muera sino que “anduvo con Dios”. A la edad quizá simbólica de 365 años (simbólica no por excesiva sino porque ese número coincide con el número de días de un año) Enoc “desapareció, pues Dios lo arrebató”.


Enoc predicaba virtud al pueblo en los tiempos previos a su ascenso a los cielos.

Enoc recibe el aviso de que le llevaran a Nibiru

Enoc nos describe como fue informado de su viaje al planeta de los nefilim:

“El primero día del primer mes del 365º Año,

yo estaba solo en mi casa, reposando en mi lecho, adormecido.

Entonces surgieron delante de mí dos hombres muy altos, como yo jamás viera en la Tierra. Tenían el rostro brillante como el sol, los ojos eran como candelas y fuego salía de sus labios. Las ropas que usaban parecían de penas, los pies eran morados. Sus alas eran más brillantes que el oro y las manos más blancas que la nieve.

Ellos estaban junto a la cabecera y me llamaron por el nombre.”

Enoc recalca en que la aparición fue real y no un sueño: “Vi claramente esos hombres parados delante de mí”.

Enoc se asustó al verlos pero ellos lo tranquilizaron:

“Alégrate, Enoc, no te asustes.

El Dios Eterno nos mandó aquí y hoy tú ascenderás con nosotros al cielo.”

Enoc debía despertar a su familia y criados para informarles de su viaje y que no deberían buscarlo.

Enoc dijo a las multitudes que le seguían: “Sabed que llegó la hora de dejaros y subir a los cielos”. Un caballo de fuego vino a recogerlo, bajando del cielo. Pero las multitudes no le dejaron separarse de ellos y durante una semana lo mantuvo consigo hasta que apareció “un coche de fuego estirado por ángeles y caballos flamantes” que “descendió y arrebató a Enoc”.

El viaje a Nibiru de Enoc

Enoc fue transportado a la alta atmósfera, el Primer Cielo “donde doscientos ángeles gobiernan las estrellas”, y luego al sombrío Segundo Cielo.

Subieron hasta el tercer cielo donde le mostraron una gran estación espacial con un jardín agradable a la vista, frutos, árboles, y en su centro el Árbol de la Vida en la zona destinada al reposo de Dios “en el lugar donde Dios reposa cuando viene al paraíso”. De ese árbol dice «Es más bello que cualquier cosa ya creada; en todos sus lados parece hecho de oro y carmesí, y es transparente como el fuego».

De esa estación espacial descendían sus naves para la Tierra, para Mesopotamia (Edén): ellos descendían de ese paraíso celeste para el Jardín del Edén haciendo una vuelta en torno a la Tierra.

En la estación espacial había trescientos anunnaki “ángeles muy gloriosos”. Allí estaba el Lugar de los Justos, es decir de ellos, su casa, y también estaba allí “el Lugar Terrible donde los malos sufrían torturas”.

De allí partieron para el Cuarto Cielo donde vio los “luminares y varias criaturas formidables, además de la Hueste del Señor”, el Quinto Cielo donde vio “más huestes”, el Sexto Cielo donde vio “bandos de ángeles que estudian la revolución de las estrellas”, el Séptimo Cielo “donde los mayores ángeles andaban apresuradamente de un lado para el otro”. Además Enoc vio de lejos el palacio de Anu donde el Emperador del sistema solar (Dios) estaría sentado en su trono. Los dos acompañantes de Enoc dejaron a éste en la “frontera del Séptimo Cielo” y se fueron. Anu mandó al ángel Gabriel a recoger a Enoc y llevarlo a su divina presencia.

A los anunnaki les indignaba que un humano pudiera ir a su planeta de origen: “¿Cómo puede un hombre nacido de mujer ascender a los Cielos?”

Dios destacó que Enoc era un humano “con piedad y devoción” para justificarlo y le abrió “los portones de la vida y de la sabiduría y lo vistió”

Esta apertura del portón de la vida nos indica que le ofrecieron la “inmortalidad” o longevidad nefilim. La biblia, (Hebreos 11) nos lo recuerda al decir que Enoc fue llevado “a fin de escapar de la muerte”.

También le abrieron el portón de la sabiduría indicándonos que conoció la ciencia y el saber de aquel planeta.

El sistema de satélites de Niburi 

Luego ascendieron a un lugar en el espacio donde vio estrellas centelleantes. Describe un sistema de Nibiru como un conjunto de siete “estrellas”. “Siete estrellas como grandes montañas centelleantes, siete montañas de magníficas piedras” “Tres quedaban para el este, en la región del fuego celeste” (¿hacia el sol?), y en esos astros había erupciones volcánicas “columnas de fuego” “además de cualquier medida” (grandes y pequeñas. En el oeste (¿a la izquierda?) había otros tres cuerpos celestiales y quedaban “para el sur”. La estrella del medio “llegaba al cielo como el trono de Dios” Parecía de alabastro “y la cúpula del trono parecía hecho de zafiro”. La estrella era como un fuego flamante.

También vio “estrellas del cielo amarradas unas a las otras”.

Miró más allá y vio el límite del sistema solar (1) y le pareció aquello un vacío preocupante, un abismo con ninguna tierra firme. El ángel le informó: “es el fin del cielo y de la Tierra, una prisión para las estrellas y huestes del cielo”.

Conclusiones:

(1) Nibiru está en el límite exterior del sistema solar.

(2) Nibiru es un planeta con seis satélites

Tres de los cuales quedan del lado interior y tres del lado exterior de la órbita del planeta.

(3) Nibiru cuenta con algún tipo de astros (asteroides, artefactos de su construcción, etc.) “amarrados” entre sí.

(4) Nibiru y sus satélites (quizá sólo sus satélites) tienen “columnas de fuego” ¿erupciones volcánicas? ¿artificiales? de varios tamaños, grandes y pequeñas.


Durante 33 días Enoc permaneció en el planeta Nibiru y luego volvió a la Tierra. Enoc permaneció fuera de la Tierra 60 días. (¿El viaje duró 2 x 13´5 días? (?)

En su periodo terrestre Enoc se dedicó –siguiendo las instrucciones que le dieron- a enseñar a los Terrestres.

El tour terrestre de Enoc

También describe el día que tuvieron lugar sus viajes en naves espaciales sobre nuestro planeta.

Viajó por la zona ártica donde vio “un grande y glorioso artefacto”.

Viajó por el extremo oriental (respecto a Canaán, Mesopotamia) donde vio “tres portales del cielo dentro del cielo” donde caía granizo, nieve, frío y helada.

Viajó luego a la Antártida y allí vio que por los portales del cielo salían el rocío y la lluvia.

Luego viajó al extremo occidental de la tierra y vio que a través de sus portales pasaban las estrellas (seguramente era de noche en América en ese momento).

Después le llevaron al centro de la Tierra, a la zona de Canaán y allí le mostraron el lugar del futuro templo de Jerusalén en el “medio de la Tierra”, pues es un punto bastante céntrico dentro del continente afroeuroasiático.

Después fue hacia el este, pasando por montañas y desiertos, ríos y árboles, y allí vio el Árbol del Conocimiento en el Jardín de la Virtud cuya entrada estaba guardada por Zotrel, un ángel. En el Jardín había árboles magníficos. El árbol del conocimiento era alto como un pino, con hojas como las de un algarrobo y frutos como los rizos de la vid. El ángel que acompañaba a Enoc le dijo que ese era el árbol del que comieron Adán y Eva antes de ser expulsados del Edén.

Luego fueron hacia el oeste y allí vio el Árbol de la Vida. Cruzaron una cadena de montañas de fuego, y luego un lugar cercado por montañas separadas por grandes barrancos y en el centro de ellas otra montaña estaba cercada por árboles con un perfume que Enoc nunca había olido antes y sus frutos eran como los dátiles de las palmeras.

El ángel acompañante le dijo que esa montaña sería donde se sentaría el Rey Eterno cuando viniera a la Tierra.

Durante estos viajes Enoc vio “que los ángeles recibían largos cordones que recojan sus alas y que partan para el norte.” ”Ellos partieron para medir… todas esas medias revelarán los secretos de la Tierra”.

Las instalaciones anunnaki en la Tierra

Después permaneció con los anunnaki en un lugar secreto de la Tierra.

“Y ellos (los ángeles) me llevaron a un lugar donde los que allá estaban eran como fuego flamante y, cuando deseaban, aparecían como hombres.

Y ellos me llevaron hacia un lugar de tinieblas y para una montaña cuyo pico llegaba al cielo.

Y yo vi la cámara de los luminares, los tesoros de las estrellas y del trueno en las grandes profundidades, donde había un arco y flechas flamantes con su aljaba, una espada flamante y todos los rayos.”

“Avancé por entre las llamaradas y llegué cerca de una gran casa hecha de cristales.
Las paredes y el piso eran un mosaico de cristal.
El techo parecía el camino de las estrellas y de los rayos, y entre ellos rondando flamantes querubines y su cielo era como agua.
Un fuego resplandeciente cercaba las paredes y los portales ardían con fuego.
Entré en esa casa y ella era caliente como el fuego y fría como el hielo…
Miré hacia dentro de ella y vi un imponente trono.
Parecía de cristal y sus ruedas eran como el sol brillante, y hubo la aparición de querubines.
Y, por abajo del trono salían ríos de fuego, de modo que no pude mirar atrás de él.”

El nuevo viaje aéreo de Enoc

Luego Enoc fue llevado de nuevo en una nave espacial sobre la Tierra y vio:

“las desembocaduras de todos los ríos de la Tierra… todos los marcos de frontera de la Tierra… y los vientos cargando las nubes”

“Vi los vientos del cielo que giran y traen la circunferencia del Sol y de todas las estrellas.”

Epílogo de Enoc

«Enoc permaneció escondido y ningún hijo de hombre sabía dónde él vivía o lo que había sido de él» hasta que se comunicó con Noé para aconsejarle.

Más tarde, nuevamente fue llevado al cielo, al planeta Nibiru en “la Carroza de los Espíritus y desapareció entre ellos”.

En el cielo Enoc fue transformado en el Príncipe del Semblante de Dios (el Metatrón). El Metatrón quedaba postrado atrás del trono de Dios.

(Extraído del libro Palabras de Enoc conocido también como Libro Etíope de Enoc)
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El encuentro de Alejandro con Enoc

Volvamos con Alexander cuando se encontró a Enoc, en un gran salón o caverna en algún lugar al sur de Sudán o más probablemente en Etiopía.

Ésta es la descripción de Alejandro:

“Sobre un diván próximo se veía la forma reclinada de un hombre envuelto en una colcha bordada con oro y piedras preciosas y por encima de él estaban las ramas de una vid hecha de oro, cuyos rizos de uva eran formados por joyas.”

El hombre súbitamente rompió el silencio identificándose como Enoc y advirtiendo a Alejandro de que no buscara “los misterios de dios”. Alejandro comprendió que se trataba de un nuevo rechazo y aceptó su mortalidad y su destino.

Alejandro vio otro hombre junto al primero. Ambos tenían los rostros brillantes, con ojos muy brillantes, y dientes muy blancos. Le dijeron que eran hombres que Dios protegió de la muerte, que eran Enoc y Elías, que aquel lugar era “la ciudad del granero de la vida” y que contenía “la cristalina Agua de la Vida”, pero que no se le permitiría beber.

En algunas fuentes no se cita a Elías, sólo a Enoc.

Antes de salir de las instalaciones anunnaki recibió un regalo, un milagroso racimo de uvas que alimentó a todo su ejército. Le sacaron de aquel lugar en un “carro de fuego” y le llevaron junto a su regalo hasta el lugar donde estaban sus tropas.






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Nos cuentan que la guerra de Troya tuvo lugar entre griegos y troyanos. Los griegos declararon la guerra a Troya para recuperar a la hermosa Helena para su esposo.

En el Kypria un relato de los griegos se declara la culpabilidad del gran dios -leamos gran jefe de los anunnaki- Jove (Zeus). Su objetivo era diezmar la humanidad.

"Hubo un tiempo en que miles y miles de hombres sobrecargaban al amplio seno de la Tierra.
Y por compasión a ellos, Zeus, en su gran sabiduría, decidió aligerar la carga de la Tierra."

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Tras la desolación ocasionada por la utilización de las armas terroríficas en el 2024 a.C. tuvo que pasar casi un siglo para que la zona sur de Mesopotamia, Sumeria se repoblara y otro siglo para que se recuperara de la catástrofe producida por la nube radiactiva. Fueron  Enki y su hijo Marduk quienes con sus tecnologías se encargaron de sanear los efectos nucleares. Por esta razón la "capital" de Mesopotamia se desplazó hacia el norte, a Babilonia, la ciudad preferida por Marduk.

Hammurabi, hacia el año 1800 a.C. era el rey de Babilonia y era un seguidor del anunnaki que controlaba la zona: Marduk:

"Mediante el poder de los grandes dioses el rey, amado del dios Marduk,
restableció los cimientos de Sumer y Acad."

Babilonia se expandió hacia el sur y el este evitando en principio los territorios de los enlilitas. Al noroeste de Mesopotamia surgió el imperio asirio sometido al dios enlilita Assur (Adad), un dios barbado cuyo nombre significa "El que todo lo ve". Asiria se extendió hacia el norte y el oeste hasta el mediterráneo.  Asiria estaba sobre los territorios de Adad y de su hermano mayor, el primogénito Ninurta. Por esto los reyes de Asiria se declaran servidores de Assur y Ninurta:

"Tiglat-Pileser, el rey legítimo, rey del mundo, rey de Asiria, rey de las cuatro regiones de la tierra;
El valeroso héroe, guiado por los mandatos dignos de confianza de Assur y Ninurta, los grandes dioses, sus señores, venciendo así a sus enemigos…
Por orden de mi señor Assur, conquisté por mi mano desde más allá del bajo río Zab hasta el Mar Superior, que está en el oeste. Tres veces marché contra los países Nairi… Hice que 30 reyes de los países Nairi se postraran a mis pies. Tomé rehenes de ellos, y recibí como tributo suyo caballos dóciles al yugo…
Por mandato de Anu y Adad, los grandes dioses, mis señores, fui a las montañas del Líbano, y corté vigas de cedro para los templos de Anu y Adad."

Adad y Ninurta lanzaron a Asiria contra Babilonia para recuperar Mesopotamia, la región donde residieron los grandes nefilim hacía siglos, pero en los primeros siglos fue Babilonia quien dominó a Asiria, aunque unos siglos más tarde se liberaran de ella.

"Yo sólo actuaba bajo los mandatos dignos de crédito que me daba Assur, el gran señor, mi señor, que me ama." dice este rey S III. y añade:
"Combatí con la Fuerza Poderosa que Assur, mi señor, me había dado; y con las potentes armas que Nergal, mi guía, me había regalado."
Esta arma de Assur/Adad (el Thor con su "martillo" de los escandinavos) tenía un fulgor aterrador. En un relato se narra como el enemigo huyó al ver "el aterrador Fulgor de Assur; esto les sobrecogio"

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Jacob Israel

Jacob nació en 1963 a. C. cuando su padre Isaac tenía sesenta años y su abuelo Abraham 160.
Hubo una hambruna en Canaán hasta tal punto que su padre Isaac quiso ir a Egipto pero las consecuencias de la destrucción nuclear de las instalaciones del Sinaí en 2024 a.C. hacían esta zona inhabitable. (Isaac nació unos meses después de la Gran Destrucción). Por esto no se permite a Isaac viajar a Egipto salvando sus vidas.



"Yahveh se le apareció y le dijo: “No bajes a Egipto; vive en la tierra que te mostraré"


Cuando Jacob,  una noche yendo desde Harran a Canaán, cruzó el río Jordán se tropezó con un anunnaki ya que en aquellos tiempos todavía había poblaciones de anunnaki en la zona.


En esta parte de la biblia a los extraterrestres anunnakis les llama Anakim y llega a citar por ejemplo a un jefe de población o ciudad que llama Arba: Se lee que la ciudad de Hebrón
"se llamaba antiguamente Fortaleza de Arba (Kiryat Arba) que fue un rey (Gran hombre) entre los Anakim". Era una ciudad entre Jerusalem y el Sinaí. Estas poblaciones de Anakim continuaron varios siglos, incluso en la posterior conquista de Canaán por los seguidores de Josué. El término Anakim se suele traducir algo incorrectamente por Gigantes pues eran de gran estatura pero su traducción correcta como la de nefilim es: aquellos que Bajaron, el Pueblo de las naves voladoras.



Jacob no reconoció al principio de que era un extraterrestre (una deidad). Le pareció que no era sino un hombre y se "tropezó" con él.


Este tropiezo dio lugar a un largo enfrentamiento, una lucha cuerpo a cuerpo que duró hasta el amanecer. La luz del alba permitió a Jacob distinguir a su contrincante y al comprobar que era un nefilim se sometió. Se consideró bastante afortunado por haber sobrevivido tras haber luchado cara a cara con un extraterrestre.
"Y Jacob le llamó al lugar El Rostro de Dios (Peni-El) pues he visto a dios cara a cara y he sobrevivido". Y aquí aparece el nombre de Isra-El, y la biblia lo atribuye a este combate.



En el año 1833 a. C. Jacob que tenía 130 años se presentó ante el faraón acompañado por su hijo José, a la sazón Principal ministro de Egipto.

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En aquella época "Turquia" estaba dominada por el reino Hatti, los hititas; si bien la costa occidental contenía numerosos asentamientos griegos. A principios del segundo milenio a. C. las tribus arias del Caucaso se habían escindido en dos migraciones, una hacia la India y la que nos interesa hacia "Turquía". 

Así dieron origen a Hatti, un reino que tuvo su apogeo hacia el 1750 a. C. y durante medio milenio se mantuvo en su esplendor para después decaer. Los reyes hititas sostenían que su dios supremo, que ellos llamaban  Teshub (El de las tormentas, Adad) cuyo antiguo título era "Dios de la tormenta cuya fuerza causa muerte" intervenía en sus batallas.

"El poderoso dios de la tormenta, mi señor mostró su divino poder y lanzó un rayo al enemigo propiciando su derrota" ( escribe el rey hitita Murshilis).

También ayudaba a los hititas la diosa Ishtar que era llamada Dama del campo de batalla:
Con su "divino poder" ella "bajaba de los cielos para aplastar a los países hostiles".

Expandieron sus territorios hacia el sur hasta Canaán y la reconocieron como zona neutral sin conquistarla, a diferencia de Egipto que la invadió varias veces, consiguiendo vencer a Canaán en 1470 a. C en la batalla de Megiddo.

Los hititas eran expertos guerreros y se les reconoce el perfeccionamiento del carro en el combate. Los hititas sólo iban a la guerra cuando sus dioses les mandaban y daban al enemigo la posibilidad de rendirse pacíficamente antes de luchar.
Tomaban cautivos y tributos de los vencidos pero  no saqueaban las ciudades ni masacraban a la población al contrario que Egipto. Por ejemplo, el faraón Tutmosis III se dedicó a la destrucción total obedeciendo a su dios Amon-Ra y también otros faraones actuaron de forma estremadamente cruenta.

Los egipcios quisieron retirarse pero el faraón ordenó lanzarse tras los israelitas y les cubrieron las aguas del mar.



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26. Moisés 

Los Hyksos, los Reyes Pastores habían sido los jefes de pueblos nómadas de la periferia de Egipto, especialmente libios, fenicios y asiáticos, que se establecieron en el delta, y tuvieron como capital la ciudad de Avaris. 

Posteriormente, tras la expulsión del poder egipcio de estos Hyksos llegaría el Imperio Nuevo con la XVIII Dinastía. El nuevo faraón que fundó la dinastia fue Ahmosis  "el rey que expulsó de Egipto al pueblo pastor" (dice Maneton).  Esta dinastía aparece en la biblia (Éxodo 1:8) como una nueva dinastía "que no conoció a José".


Este "desconocimiento" de los israelitas se refiere a su esclavización por el faraón Tethmosis. Este rey les hizo trabajar en la construcción de ciudades como Peito, Ramsés, On  (Heliopolis).  Tethmosis, también conocido como Tutmosis (hubo varios con este nombre) desconfiaba de los israelitas "cuando les llame a la guerra, ellos se unirán a nuestros enemigos". Por esta desconfianza empezaron los problemas de los israelitas y entre otras medidas ordenó la matanza de los varones recién nacidos (Éxodo 1:9-16).
Esta dinastía emprendió campañas militares en Canaán. Por ejemplo Tutmosis I (1525-1512 a.C) tuvo gran empeño en llevar las conquistas hacia el norte por el camino del mar del Sinaí, hasta Asia, y llegó hasta el río Eufrates. 



Un año después de la muerte de Tethmosis I nació Moisés. Moisés era hijo de Hatshepsut, la hija mayor de este rey Tutmosis I. Por lo tanto Moisés era su nieto aunque no se llegarían a conocer. La madre de Moisés era hija del faraón y de su esposa oficial. Esto la convirtió en la princesa real, única princesa, por esto se la otorgó el título de La Hija del Rey. Esta princesa se casó con su hermanastro Tutmosis II y como no consiguió quedarse embarazada de él adoptó a su propio hijo como si no lo fuera, un hijo que ella había sacado de las aguas del Nilo y lo crió en el palacio real.



Este suceso recuerda extrañamente un texto conocido como La leyenda de Sargón, rey de Agadé, en Mesopotamia escrito un milenio antes.



Sargón, el poderoso rey de Agadé, soy.


Mi madreargón, el poderoso rey de Agadé, soy.
Mi madre fue suma sacerdotisa; no conocí a mi padre…
Mi madre, la suma sacerdotisa que me concibió,
me dio a luz en secreto.
Me puso en un canasto de juncos, sellada la tapa con betún.
Me puso en el río; éste no se me tragó.
El río soportó mi peso, me llevó a Akki, el irrigador.
Akki, el irrigador, me levantó en alto cuando estaba
sacando agua.
Akki, el irrigador, me trató como a su hijo y me crio.

Akki, el irrigador, me nombró su jardinero.



Tutmosis II murió tras unos pocos años y fue sucedido por Tutmosis III, en este caso hijo de Tutmosis II y de una de las mujeres del harén, Isis. 


El visir Ineni, un hombre ambicioso y con mucho poder se encargó de solucionar las casi nulas posibilidades de que T III llegara a faraón por razón de su madre.  
Hatshepsut consiguió eliminar del poder a Ineni y hacerse con la regencia en principio hasta la mayoria de edad del rey pero después llegó esta Princesa Real a proclamarse faraón hasta su muerte. 
Tutmosis aceptó voluntariamente esta situacion por su afán guerrero y así se dedicó a las conquistas asiáticas dejando la administración en manos de su tía-madrastra hasta que la sucedió tras su muerte.



Este Tutmosis tuvo gran belicosidad y es considerado el mayor guerrero de su dinastia y con él se alcanzó la máxima extensión para Egipto superando incluso a Tutmosis I. 

Su afán anti-israelita fue aún mayor y los esclavizó. Es muy posible que este sea el Tethmosis citado en la biblia. Tutmosis III descubrió el verdadero origen hebreo de Moisés y de las simpatías que tenía con los israelitas. Moisés tuvo que huir al desierto del Sinaí.


Este cruel dios de Tutmosis III de los egipcios, Amón- Ra, tuvo un poderoso adversario en el dios de Israel, que era Adad.
"Así dice el Señor de los ejercitos, el dios de Israel:
Castigaré a Amón, dios de Tebas, y aquellos que confian en él
y le daré el merecido castigo a Egipto y a sus dioses, a su faraón y a sus reyes,"

Y así ocurrió como sabemos en esta época de Moisés con los golpes que Yahveh infrigió a Egipto.
El relato del Éxodo nos muestra que Yahveh libera a los israelitas de su esclavitud en Egipto y los dirige hacia Canaán:
" Y viajaron desde Sukot y acamparon en Etham, al borde del desierto.
Y Yahveh iba delante de ellos de día en un pilar de nube para dirigirles el camino
y de noche en un pilar de fuego para darles luz."

Los  egipcios persiguieron a los israelitas y éstos que estaban acampados junto al mar tuvieron que huir ayudados por que Yahveh separó las aguas.

El ovni de Yahveh se dirigió hacia el campamento egipcio para confundirlos y dañarlos.

"Y sucedió que en la vigilia matutina
Yahveh contempló el campamento de los egipcios desde el pilar de fuego y nube;
y sembró la confusión en el campamento egipcio y aflojó las ruedas de sus carros, haciendo dificultosa su conducción."



 Teófilo, obispo de Antioquía del siglo II dice en sus comentarios a los escritos de Maneton que los hebreos fueron esclavizados por el rey Tethmosis y depués partieron de Egipto bajo el faraón con el nombre de Amasis.
Éste éxodo se inició en 1433 a.C. 



Los israelitas estuvieron 433 años en Egipto, desde 1866 hasta 1433 a.C. " la estancia de los Hijos de Israel que vivieron en Egipto fue de cuatrocientos treinta años" (Éxodo 12:40-41).


Se distingue el periodo de 1866 hasta 1833 a.C que es el periodo de los josefitas que vivieron en Egipto con José  y el periodo posterior con la llegada de los hermanos de José y sus gentes.



Al llegar su muerte, Moisés quiso antes ascender a la cumbre del Tell Ghassul, el monte Nebo para contemplar todo Canaán hasta el Mediterráneo. Era el año 1391 a.C. Esta imagen es la estrella de 8 puntas que se refiere al planeta octavo contado del exterior hacia el Sol, es decir Venus, se refiere a Ishtar. Hasta allí llegó Moisés (hasta la población de Ishtar, al pie del Nebo, no hasta Venus). 


 Josué 

Josué con sus gentes cruzó el río Jordán y el Arca Sagrada produjo en el río el milagroso retroceso de las aguas. 


Las tropas de Josué se dirigieron hacia Jericó y se encontraron con un Anakin al que Josué no distingue de un hombre. 



"he aquí que había un hombre frente a él con una espada en la mano;


 y Josué fue a él y le dijo: “¿Estás con nosotros o con nuestros enemigos?”,
 y éste dijo: “Nada de eso; soy un capitán de las huestes del Señor’. 
Y Josué cayó sobre su rostro en el suelo y se postró, y le dijo: “¿Qué le dice mi señor a su sirviente?”, 
y el capitán de las huestes de Yahveh le dijo a Josué: “Descálzate, pues el lugar en el que te encuentras está prohibido.

Este Anakin, enviado de Adad y Ninurta, le dio instrucciones para tomar Jericó. No debían asaltar directamente las murallas sino dar vueltas alrededor de ellas con el Arca de la alianza y tras varios días hacer sonar trompetas y levantar mucho griterio en un momento determinado.



"Y las murallas de Jericó cayeron"

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Un siglo más tarde continuaban las luchas de Egipto con los hititas: en una batalla decisiva contra el rey hitita Muwatallis en el 1286 a. C. en Kadesh, una fortaleza del Líbano, el faraón egipcio Ramsés II describe la "milagrosa aparición de Amón-Ra " junto a él. 
Los hititas tuvieron que movilizar tropas desde todas las partes de su imperio y vencieron totalmente al faraón deteniendo así su expansión por Siria y Mesopotamia pero agotando sus recursos. Los hititas quedaron totalmente debilitados.
En esta batalla Ramses II se vió atrapado por los hititas y clamó a su dios Amón-Ra para que lo rescatara y el dios enkilita apareció en el campo de batalla y detuvo los movimientos de los hititas para que el faraón consiguiera escapar con vida.

"Y Su Majestad dijo:
«¿Y ahora qué, Padre mío Amón?
¿Acaso un padre va a olvidar a su hijo?
¿Acaso he hecho algo sin ti?
Todo lo que hice o dejé de hacer,
¿no fue de acuerdo con tus mandatos?
...
«¿Qué son estos asiáticos para ti, Oh Amón; estos desgraciados que no saben nada de ti, Oh Dios?».
...
Amón me escuchó cuando le llamé. Extendió su mano sobre mí y me regocijé. Se puso detrás de mí y gritó: «¡Adelante! ¡Adelante! ¡Ramsés, amado de Amón, estoy contigo!».
...
 Y se decían entre sí los hititas:
«No es un mortal el que está entre nosotros: es un poderoso dios; sus hazañas no son las hazañas de un hombre; un dios está entre sus miembros»."

Cuando el rey Muwatallis murió los dos imperios firmaron la paz presionados por los ataques cada vez más frecuentes de los Pueblos del Mar (invasores de Creta y de otras islas griegas).


Los hititas sufrieron las invasiones de pueblos que venian por el mar Egeo, los aqueos, que ellos llamaban Pueblo de Achiyawa, y Homero llama Achioi. Éstos pueblos del mar se establecieron en las costas mediterráneas de Canaán y aparecen en la bíblia con el nombre de filisteos.

Estos aqueos-filisteos llegaron en su avance hasta Egipto y lucharon contra el faraón Ramsés III. Este faraón escribe que sus victorias se debían a que "Amón-Ra iba detrás destruyéndolos".

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Durante siglos duraría esta lucha entre los asirios (enlilitas)  por Babilonia (de Marduk) hasta que en el siglo IX a.C Salmanasar III consiguió vencer a los babilonios. Aunque no fue hasta el año 689 a.C cuando Senaquerib  saquea finalmente Babilonia. Este rey asirio conquistó Canaán siguiendo la costa mediterránea hasta el Sinaí donde se enfrentó a Egipto.

En el siglo VII a.C. Marduk se enfureció con su rey de Babilonia y decretó "la desolación de los setenta años" que también fue declarada por su adversario el dios de Israel para Jerusalen. En este tiempo Babilonia e Israel cayeron bajo Senaquerib, el asirio. Este rey relata que venció las ciudades de Fenicia y Filisteas con "el Fulgor, el arma de Assur". En las representaciones de las batallas aparecen lanzamientos de cohetes contra los enemigos.
Senaquerib utilizó estas poderosas armas para someter a Fenicia y Filistea. Pero el rey de Jerusalen, Ezequias de Juda había capturado a un rey muy leal al dios Assur (Padi, rey de Ecron, Filistea). Por esto Assur sometió a Jerusalen a setenta años de desolación pero ordenó a Senaquerib a no utilizar su Fulgor, sino que atacó con armas menores a Jerusalen, sitió a Ezequias en Jerusalen, sin conquistar la ciudad y conquistó muchas de sus ciudades sin el ensañamiento que tuviera para las fenicias y filisteas.
La conquista de Jerusalen fue un capricho de Senaquerib, no fue una orden de Assur. El rey asirio envió a su general Rab-Shakeh para asaltar la ciudad. Este general se acercó a las murallas y gritó en la lengua de los sitiados (hebreo) que él venía a destruir Jerusalen por orden de Yahveh, y que por lo tanto deberían someterse a su propio dios. Ezequias lo consideró una blasfemia y llamó al profeta Isaias para que se dirigiera a Yahveh para saber a que atenerse.

"Yahveh respondió a través del profeta Isaías: “En lo relativo al rey de Asiria… por donde vino, volverá; y en esta ciudad no entrará… pues yo la defenderé para salvarla”».
Y sucedió aquella noche,
que el ángel de Yahveh
salió e hirió en el campamento de los asirios
a ciento ochenta y cinco mil hombres;
y, he aquí, que al amanecer no había más que cadáveres.
Y así, Senaquerib, el rey de Asiria, partió, y regresando se quedó en Nínive."

Senaquerib por mandato de sus dioses había nombrado sucesor a su hijo menor Asaradón. Tras el regreso a Nínive de Senaquerib sus dos hijos mayores le asesinaron e intentaron también asesinar a su hermano y heredero pero la diosa Ishtar y otros dioses protegieron a Asaradón.

"...al matar a Senaquerib e intentar matar a Asaradón, pero los dioses lo alejaron de ellos «y me llevaron a un lugar oculto… preservándome para la realeza».
Después de un período de confusión, Asaradón recibió «un mandato digno de crédito de los dioses: “¡Ve, no te demores! ¡Marcharemos contigo!”»
...
Sus hermanos se hicieron con el poder en Nínive y Asaradón dirigido por Ishtar atacó la ciudad para ser su rey. Sus hermanos no esperaron que llegara sino que salieron a luchar.

«Ishtar, la Dama de la Batalla, que deseaba que fuera su sumo sacerdote, permaneció a mi lado. Ella rompió los arcos de ellos, y dispersó su orden de batalla».

«Ante su egregia orden, se pasaron en masa a mi bando y se reagruparon detrás de mí,» escribió Asaradón, «y me reconocieron como su rey».

Asaradón y su hijo Asurbanipal atacaron Egipto con armas de Fulgor

«El aterrador Fulgor de Assur», escribió Assurbanipal, «cegó al faraón de manera que se volvió loco».

Este Fulgor era un tocado radiante que llevaban los dioses, que emitía un intenso y cegador resplandor como se puede leer  (en otra ocasión diferente)
«Ishtar, que mora en Arbela, vestida con Fuego Divino y luciendo el Tocado Radiante, hizo llover llamas sobre Arabia».
Estas armas de Fulgor parecen haber sido utilizadas por los emisarios, angeles de Yahveh cuando llegaron  a Sodoma  y fueron atacados por los sodomitas. Se defendieron cegando a los que estaban en la entrada de la casa y pudieron salir con Lot y su familia.

Asiria llegó a vencer a Egipto descendiendo en su avance hasta el Bajo Egipto.  Los dioses utilizaron a los asirios como herramientas de castigo

«¡Oh Asiria, el azote de mi ira! Mi cólera es la vara en sus manos; contra las naciones impías los envío; y les hago cargar sobre todo aquel pueblo que me enoja».

pero los asirios llegaron demasiado lejos en  su soberbia

«Pediré cuentas al rey de Asiria, pediré cuentas de los frutos de la creciente soberbia de su corazón».

La caida de Nínive y Asiria se produjo por una rebelión de los babilonios del sur que movilizaron a invasores del norte y del este en el 614 a.C. Los territorios sometidos a Asiria volvieron a restaurarse y a expandirse. Egipto tomó la delantera, y su faraón Nekó ya empezó con las invasiones. Babilonia bajo las ordenes del dios Marduk también invadió en este caso el oeste con Nabucodonosor II (Nabû-kudurri-uṣu).
Esta invasión se produjo por que "el otro dios", el dios que tenía la soberanía de la región" ¿Adad? ya "no deseaba el país de los cedros"  y ahora "un enemigo extranjero lo dominaba y lo esquilmaba" ¿su hermano mayor Ninurta?

Este cambio es algo transcendental ya que el dios de Israel, el anunnaki que controlaba el territorio, pasa de ser Adad (sometido a su padre Enlil y por tanto a su abuelo Anu) a ser Marduk, justo el enemigo de la familia, Satán, y todo por los abusos de su hermano mayor y principe heredero Ninurta. 

La biblia dice que Yahveh a través de su profeta Jeremías estaba del lado de Babilonia, pues el Señor Yahveh llama a Nabucodonosor «mi siervo». Está claro que es Yahveh un título -nuestro anunnaki, nuestro dios, nuestro superior- y no un nombre de persona o anunnaki concreto, ya que ahora es Marduk y antes era Adad).

"Así dice Yahveh, Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel:
«He aquí que yo mando en busca de Nabucodonosor, mi siervo…
Y él herirá la tierra de Egipto,
y dará muerte a quien sea para la muerte,
y cautiverio a quien sea para el cautiverio,
y espada a quien sea para la espada.
Y prenderé fuego en la casa de los dioses de Egipto,
y él los incendiará…
Y romperá los obeliscos de Heliópolis,
la que está en la tierra de Egipto;
y Las casas de los dioses de Egipto abrasará con fuego».abía decidido hacer del rey babilónico el instrumento de su ira contra los dioses de Egipto."

Marduk en su nuevo cargo de Yahveh de Israel ordenó la destrucción de Jerusalen con ensañamiento por  los pecados de su pueblo, por haberse dedicado al culto de la «Reina del Cielo» y de los dioses de Egipto:
«Mi ira y mi furia se derramarán sobre este lugar… y arderá y no se apagará… Sobre la ciudad en la que mi nombre se ha pronunciado vendrá la perdición».

Y así fue que en el año 586 a. C.,

«Nabuzaradán, capitán de la guardia del rey de Babilonia Nabucodonosor II, entró en Jerusalén; e incendió la Casa de Yahveh, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén… y el ejército de los caldeos echó abajo las murallas que rodeaban Jerusalén».

Destruyó la ciudad y el templo y deportó a Babilonia a numerosos habitantes de Jerusalem.

Pero los enlilitas recuperaron Jerusalen quitando a Marduk y el nuevo Yahveh (Sin) prometió que esa desolación duraría 70 años. También Babilonia pasó de Marduk a Sin. Sin sentó en el trono de Babilonia a Nabunaid. Sin hizo cambios profundos.

«Puso una estatua herética sobre una base… pronunció su nombre “el dios Sin”… En el momento oportuno de la Festividad de Año Nuevo, aconsejó que no hubiera celebraciones… Confundió los ritos y trastocó las ordenanzas».

El rey que tuvo que cumplir la promesa y permitir la reconstrucción del Templo de Jerusalén fue Ciro. Se cree que sus antepasados, que hablaban una lengua indoeuropea, habían emigrado hacia el sur desde la región del Mar Caspio hasta la  costa oriental del Golfo Pérsico. Allí el líder de los emigrantes inició una dinastía de los Aqueménidas; sus descendientes —Ciro, Darío, Jerjes— hicieron historia como soberanos del imperio persa.

Marduk quería recuperar Babilonia y buscaba un guerrero adecuado y se fijó en Ciro que estaba luchando contra los griegos.

«buscó y rebuscó por muchos países, intentando encontrar a un soberano justo y dispuesto a ser dirigido. Y pronunció el nombre de Ciro, Rey de Anzán, y dijo su nombre para que fuera el soberano de todas las tierras».

«le ordenó que marchara contra su propia ciudad. Babilonia. Hizo que saliera al camino de Babilonia, yendo a su lado como un amigo de verdad».

Ciro, acompañado en persona por el viejo anunnaki Marduk, pudo tomar Babilonia sin derramamiento de sangre. En el día correspondiente al 20 de marzo del 538 a. C., Ciro «sostuvo las manos de Bel [el Señor] Marduk» en el recinto sagrado de Babilonia. 
El día de Año Nuevo, su hijo, Cambises, ofició la restaurada festividad en honor a Marduk.

Ciro dejó a sus sucesores un imperio que abarcaba en uno solo a todos los primitivos imperios y reinos de la región: Mesopotamia,  Elam y Media en el este; las tierras del norte; las tierras hititas y griegas en Asia Menor; Fenicia, Canaán y Filistea; todo bajo un solo rey y de un solo anunnaki o dios supremo, Ahura-Mazda, Dios de la Verdad y la Luz.


Marduk en su ovni, su disco alado que antes se decía.

Adad en la versión Assur en su ovni o disco alado.

Ciro murió en el 529 a.C. sin conquistar Egipto que seguía sometido a los dioses enlilitas. En 525 a.C Cambises, su hijo, derrotó a Egipto y se proclamó faraón. Pero reconocío que Egipto no entraba dentro de los dominios de su dios (ya que pertenecía ahora a otros familiares suyos enlilitas). Acepto el dominio de los dioses de Egipto. Cambises se postró ante sus estatuas. A cambio, los sacerdotes egipcios legitimizaron su soberanía sobre Egipto, concediéndole el título de «Descendiente de Ra». 

Aparentemente las guerras entre enkilitas y enlilitas habían terminado. Pero Marduk tenía Grecia.

Los conflictos con los griegos fueron aumentando. En el 490 a. C., Dario I intentó invadir Grecia y fue derrotado en Maratón; nueve años después, Jerjes I fue derrotado en Salamina. Siglo y medio más tarde, Alejandro de Macedonia cruzaba desde Europa para lanzar una campaña de conquista que vería correr la sangre de hombres de todas las tierras de la antigüedad hasta la India.
Creyendo una leyenda según la cual su padre había sido un dios egipcio, Alejandro conquistó Egipto para escuchar el oráculo del dios que le confirmara sus orígenes semidivinos. Pero el oráculo también le predijo su temprana muerte, y los viajes y conquistas de Alejandro vinieron motivados, a partir de este momento, por su búsqueda de las Aguas de la Vida, de las cuales anhelaba beber para eludir su destino.







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