miércoles, 14 de septiembre de 2016

81 Los mayas

Cronológico 5 - 81

81. Los mayas

VOTAN, DESCENDIENTE DE ENKI 

En el Popol Vuh maya aparecen relatos muy similares a los nahuatl. Nos cuentan que sus antepasados vinieron del Este abriendo doce senderos a través del mar. Dios envió a Votan para poblar América. 

El símbolo de Votan era la serpiente. Votan «Era descendiente de los Guardianes, de la raza de Can. Su lugar de origen era una tierra que se llamaba Chivim»


Hizo cuatro viajes. En el primero fundó una población cerca de la costa. Más adelante se internó y «en el afluente de un gran río construyó una ciudad que fue la cuna de esta civilización». Llamó a la ciudad Nachan, «que significa lugar de serpientes».


En el segundo viaje inspeccionó el país. Cuando volvió a América por cuarta vez, se encontró con enfrentamientos y divisiones. Votan dividió el reino en cuatro partes con una ciudad capital en cada uno. Una de ellas es Palenque, otra parece que estuvo cerca de la costa del Pacífico. Las demás se desconocen.
En alguna de las hipótesis leemos que Palenque era capital del Oeste, Calakmul era capital del norte, cuyos gobernantes conquistaron Palenque. Copán era capital del Sur y Tikal, el Este.

¿QUIÉN ERA VOTAN?

Es fácil asociar esos lugares con Mesopotamia y los hebreos. Se asoció Chivim con el país de los heveos, a quienes la Biblia (Génesis 10) relaciona como hijos de Canaán, primos de los egipcios. La palabra maya que significa serpiente, Can, se corresponde con la hebrea, Canaán. Si es así, la leyenda maya, que dice que Votan era de la raza de Can y su símbolo era la serpiente, podría estar utilizando un juego de palabras para afirmar que Votan provenía de Canaán. Así, Nachan «lugar de serpientes» en maya se refiere al hebreo Nachash, que significa «serpiente».



Esta asociación de culturas se corresponde con la hipótesis de que el inicio de la cultura de esta zona tuvo lugar en Dzibilchaltún, en la costa noroccidental de Yucatán. Un lugar poblado desde muy antiguo. En este lugar se destaca el Gran  Camino Blanco, una calzada recta este-oeste pavimentada con piedras de caliza a lo largo de casi dos kilómetros y medio.


En Palenque, una ciudad maya en su límite occidental había una pirámide escalonada con una escalera interior que descendía hacia el subsuelo. Debajo de escombros y tierra se escondía una tumba con una losa rectangular de cinco toneladas y tres metros y medio de longitud. En su interior había huesos de un hombre alto con joyas. La losa de piedra tiene unas imágenes que muestran claramente un hombre sentado que parece manejar los instrumentos como si fuera un piloto de una aeronave. Esa es la hipótesis Ion Däniken del extraterrestre de Palenque.







Si seguimos comparando con los relatos egipcios el astronauta de Palenque sería como un faraón transportado hacia la vida eterna por los dioses.



Otra tumba similar se encontró cerca de una pirámide de Tikal en el país maya. El esqueleto es de un hombre muy, muy alto con joyas.



EL CALENDARIO MAYA:

Los mayas tenían tres calendarios: la Cuenta Larga, el Haab y el Tzolkin, el primero es lineal y los otros dos son cíclicos. 

El calendario de la Cuenta Larga contaba desde el 13 de agosto del 3113 a.C, fecha que es anterior a los mayas. Se utilizaba un sistema numérico de base 20 como en Sumer con unos símbolos o glifos con nombre propio cada uno de ellos. Esta Cuenta Larga lo que “contaba” es el número de días que han pasado desde esa fecha de referencia. El símbolo mayor (“alautun”) representaba una cantidad en días bastante grande: 63 080 082 años de 365´25 días.


El calendario Haab o del año solar dividido en 18 meses de 20 días más otros cinco días de final de año (360 + 5).


El calendario Tzolkin o del año sagrado constaba de 13 meses de 20 días (= 260 días). El mínimo común múltiplo de 260 y 365 días es 18 980 días (pues 260 = 2*2*5*13 , 365 = 5*73 y 18 980 = 2*2*5*13*73 ). Este 18 980 días son 52 años solares de 365 días. Es decir los dos calendarios, el 260 días y el 365 días solo se repetían una vez cada 52 años. Ese tiempo es el que se representa en la rueda sagrada de los calendarios de América Central. Con ella se representaban los acontecimientos pasados y los futuros pues pretendían calcular el momento del regreso de Quetzalcóatl, en maya Kukulkán.


El año sagrado Tzolkin estaba basado en un dato astronómico de la ciudad de Copan, la “capital” astronómica de los mayas. 260 días es el tiempo que transcurre entre los días cenit, los días en que el Sol pasa exactamente sobre las cabezas al mediodía. Eso ocurre dos veces al año, pues el Sol parece viajar hacia el norte y luego hacia el sur; allí el 12 de agosto y el 3 de mayo. (En el ecuador la diferencia entre los días cenit es menor, y según nos dirigimos hacia el norte o el sur, aumenta). El 3 de mayo comienza la estación lluviosa en la región maya y todavía hoy allí es la fecha en la empiezan las labores agrícolas, a plantar. (Hipótesis de Zelia Nuttal)



Los mayas tienen una falsa reputación de grandes astrónomos. Los estudios profundos sobre sus datos indican que no eran observaciones propias sino copias de fuentes más antiguas. Por esto se aprecia continuamente esa curiosa mezcla de exactitud y de imprecisión.


En los símbolos numéricos para los días del calendario siguen un curioso sistema: si fuera realmente de base 20 como dicen los estudiosos de los mayas, los símbolos representarían 20^0 = 1, 20^1 = 20, 20 ^2 = 400, o sea 1, 20, 400, … pero no es así sino 1, 20, 360, …


El calendario maya es simplemente una copia del egipcio.


Recordemos que el primer calendario es el calendario de Nippur (origen del calendario judío). Este calendario sumerio se representaba mediante una rueda (una circunferencia) dividida en 360 días-grados, agrupados en 12 partes. Los días que faltaban para el año real se solucionaron añadiendo un 13-er mes cada varios años.


El calendario egipcio estaba basado en éste, aunque su sistema numérico no era sexagesimal como el sumerio. Con su sistema numérico el cálculo para el mes complementario 13 era muy difícil y no consiguieron resolverlo. Su solución fue añadir un 13-er mes de 5 días todos los años.


El calendario Haab maya es éste, el egipcio. En cuanto a la relación del año sagrado maya con el egipcio recordemos que los egipcios tenían su año sagrado basado en las aguas del Nilo, marcadas por la estrella Sirio. De modo que el calendario maya procede del sumerio, a través del egipcio.


Creemos que fue Ea, Quetzalcóatl, el que otorgó el Calendario, y el conocimiento, a los pueblos de América Central. En Yucatán, los mayas lo llamaron Kukulcán; en las regiones del Pacífico de Guatemala y El Salvador se le llamó Xiuhtecuhtli; todos estos nombres significan lo mismo: Serpiente Emplumada o Alada.


Kukulkán un día volvió al este. Al no verlo más, supusieron que se lo había tragado el soberano de la noche, el jaguar; y la imagen del gran dios se cubrió a partir de entonces con una máscara de jaguar. Pero, Quetzalcóatl prometió que volvería. Los centroamericanos desesperados buscaron en el cielo, y en los escritos una solución e hicieron una terrible propuesta. Los sacerdotes propusieron la idea de que las deidades volverían si se les ofrecían los corazones palpitantes de víctimas humanas.


Para colmo en una fecha calendárica crucial del siglo IX d. C., un acontecimiento que había sido profetizado no tuvo lugar (como ocurriría en el 2012 d.C que tampoco). Fue considerado una catástrofe de su sistema de predicción por el calendario. Los dioses les habían abandonado totalmente. Y así se abandonaron los centros ceremoniales y las ciudades dedicadas a los dioses, y la selva extendió su verde manto sobre los dominios de los dioses Serpiente.


Recordemos como el soberano de los toltecas Topiltzin- Quetzalcóat tuvo que irse con parte de la población de Tollan porque no estaba conforme con las crueles decisiones sacerdotales en el siglo IX-X d.C. Mientras los mayas huían de sus ciudades, estos toltecas viajaban hacia el territorio maya por mil kilómetros de territorio hostil. Se establecieron en Chichén Itzá y la reconstruyeron a la manera de su ciudad Tollan. La tribu de los itzaes se había establecido en la ciudad abandonada pero los toltecas no tuvieron ninguna dificultad en dominar la situación.


Allí los toltecas construyeron también su juego de pelota que era una recreación del origen de la tierra, del choque del duodécimo planeta contra Tiamat descabezándola, arrancándola el corazón y dando lugar así a nuestro planeta vivo. La Tierra es el séptimo planeta contado desde el suyo y por esto se formaban dos equipos de siete jugadores y se decapitaba al líder del equipo perdedor, que era Tiamat, nuestro planeta pre-Tierra. Esta cosmogonía se representaba en Egipto con la muerte de Osiris, desmembrado. También se representaba en Asiria como una batalla entre dioses, y en otros pueblos.

VENUS, EL OCTAVO PLANETA

La explicación de los expertos de por qué mayas y toltecas consideraban a Venus el octavo planeta en vez del segundo es porque lleva ocho años terrestres repetir un alineamiento sinódico con Venus por sólo cinco órbitas de Venus (8 x 365 = 5 x 584 = 2920 días).


Pero, si esto es así, Venus debería ser el quinto planeta y la Tierra el octavo o como mucho al revés pero para ellos Venus era el octavo y la Tierra el séptimo.


Es mucho más sencillo, basta con contar los planetas desde el suyo hacia el Sol: el primero que se encuentran es Plutón, …, el séptimo La Tierra, el octavo, Venus, …






Los centroamericanos usaban como en Oriente Próximo símbolos de estrellas para representar los planetas del sistema solar. Así, una estrella con siete puntas, representa el séptimo planeta, que es La Tierra, una estrella de cuatro puntas representa Saturno, etc. El uso de esta simbología se intensifica si viajamos hacia el el noroeste de Yucatán. Allí, se encontró una estatua esculpida en un gran bloque de piedra de un hombre con un casco, y un traje ceñido, con escamas. Bajo el brazo doblado, sostiene un objeto con la forma de una estrella de cinco puntas ( ). Sobre el vientre, sujeto con correas, lleva un extraño dispositivo circular que los expertos asocian con los dioses de las aguas.

LA TUMBA DE ENKI

En un lugar cercano se encontraron grandes esculturas de deidades en bloques de piedra. Los arqueólogos suponen que fueron columnas de apoyo en templos. Una de ellas parece la homóloga femenina del dios descrito. Su escamado atuendo aparece también en varias estatuas y estatuillas en una isla que se extiende cerca de la costa de esta parte noroccidental de Yucatán, en la cual se levantó un templo de lo más inusual.


La isla fue una necrópolis sagrada porque, según las leyendas, era el lugar del último descanso de Itzamna, el dios de los itzaes —un gran dios de antaño que habría llegado sobre las aguas para desembarcar allí, y cuyo nombre significaba «aquél cuyo hogar es el agua».







¿Estaríamos ante la tumba de Enki/Quetzalcóat, nuestro creador en un laboratorio biológico?. Si fuera así, diríamos que con razón nunca volvió. Con razón no se cumplirían ya sus predicciones del siglo IX d.C ni las del 2012. Ya no estaba él para hacerlas cumplir.


Las leyendas indican que su desembarco tuvo lugar en la costa del golfo del Yucatán y luego creó poblaciones y llevó la cultura. Probablemente el recuerdo de este lugar motivó al jefe tolteca a un viaje tan duro hacia las tierras mayas del Yucatán. Era un búsqueda de la pureza de sus creencias, el viaje hasta su origen. Hasta el lugar donde volvería a desembarcar el dios de la serpiente alada.


El centro del culto de Itzamna, de Quetzalcóatl, y de Votan, era el cenote sagrado de Chichén Itzá —el enorme pozo que dio su nombre a Chichén Itzá. Se trata de un pozo natural agrandado artificialmente que un templo en su boca con una escalinata para bajar hasta la superficie del agua. Tiene unos 50 metros de profundidad, 20 por encima del agua, y 30 por debajo. La boca es un óvalo de unos 90 por 50 metros.





La exploración del pozo encontró unos 40 esqueletos humanos y jiles de objetos de jade (la joya más apreciada por los mayas, y aztecas) y objetos valiosos como anillos, cuentas, pendientes, discos, figurines, etc. Objetos con dibujos de animales y personas, algunos con barba prominente, con un aspecto similar al de las paredes del templo del juego de pelota


También se encontraron objetos metálicos, muchos de oro, y algunos de plata, cobre y bronce. Su abundancia es sorprendente porque son materiales muy escasos en la zona. Objetos de diversas aleaciones del cobre indican un desarrollo metalúrgico desconocido en los mayas y pueblos cercanos. Probablemente esos objetos vinieron de lejanas tierras.


Hay objetos de estaño puro. El estaño no se encuentra así en la naturaleza y conseguirlo (puro) es un proceso muy complejo. Además, los minerales de los que podría ser extraído el estaño no están en Centroamérica.


Hay muchos platos, discos con escenas de enfrentamientos entre personas con diferentes atuendos y de rasgos diferentes. Combates en presencia de serpientes o de dioses serpiente. El vencedor se representaba siempre con barba.


Pero estos combatientes no eran dioses pues a los dioses serpientes se les representaba aparte. Estos barbudos combatientes no eran nativos americanos porque a estos no les crecía la barba. En los objetos de arcilla se aprecian todavía más los rasgos de la cara. Son rasgos mediterráneo orientales que algunos han identificado con fenicios o judíos, y nos repiten las expediciones que el rey Salomón aliado con el rey fenicio Hiran hicieron hacia el año 1000 a.C en busca de oro en África, o bien con fenicios que huyendo de su costa llegaron hasta aquí.


Los investigadores clásicos consideran que esas barbas eran postizas. Pero entonces ¿dónde habían visto los indígenas una persona barbada para imitarla? Otra hipótesis que aportan es que se trata de náufragos ocasionales. Pero las leyendas o tradiciones nativas, como la leyenda de Votan, nos hablan de viajes repetidos de exploración seguidos por la fundación de ciudades. Estos barbudos están representados a lo largo de toda la costa del golfo de México, en localidades del interior y hasta en la costa del Pacífico. Los representados eran claramente idénticos a los dignatarios semitas occidentales a los que tomaban como prisioneros los faraones egipcios durante sus campañas asiáticas, tal como los representaron los vencedores en sus inscripciones conmemorativas de las paredes de los templos.

Fue Ea/Enki quien arribó allí en 3113 a.C. con los olmecas, negros africanos y con seuidores de Oriente Próximo y egipto barbudos. Mil años más tarde Ea/Enki para detener la guerra entre sus hijos Ra/Marduk y Thoth / Ninghzidda  (2463-2113 a.C) por Egipto le asigna Egipto a su hijo mayor Marduk y en compensación a Thot le asigna su posesión americana. Organizaron minería de oro y refinería en Teotihuacán, en el sur de México.Algunos de los indigenas del norte de Sudamérica trabajaron en México para los Serpientes. 

-----COPIA PENDIENTE

Los sacerdotes alentaban el sacrificio de sangre, aparentemente para traer de vuelta a los dioses, pero luego ejecutar a prisioneros y controlar a la gente. Los reyes y los sacerdotes mantenían el sacrificio de sangre, primero los de los gobernantes, luego de los gobernantes enemigos, después todos los que necesitaban controlar.

Chichén Itzá por 450 a.C., "la principal ciudad sagrada de Yucatán", se jactaba de un pozo sagrado. Los Itzas, emigrantes del sur, construyeron su centro ceremonial -la gran pirámide central y el observatorio- cerca de donde Thoth llegó por primera vez a tierra en Yucatán. Los toltecas, que habían emigrado del centro de México, poco a poco poblaron Tiotihuacan, luego emigraron hacia el sur hasta Chichén Itzá, para estar cerca del lugar donde Thoth llegó a tierra y regresaría.


En Chichén Itzá, los Toltecas reprodujeron la escultura de las historias sumerias de la Batalla Celestial, incluyendo los eventos astronómicos que mataron a Tiamat, la proto-Tierra y Tiamat resucitado como Tierra. El arte muestra la posición exacta de la Tierra desde el exterior hacia el interior del sistema solar interior. Construyeron una pirámide de 9 etapas dedicada a Thoth, decorada con tallas de él. Las decoraciones incorporaron en su estructura aspectos calendáricos y duplican la pirámide en Tula, capital de los toltecas de Teotihuacan.


Toltecas, en el pozo sagrado de Chichén Itzá, arrojaron a 40 doncellas virginales como sacrificios, así como adornos de oro, plata y cobre hechos de metales refinados a partir de los minerales que faltaba a Mesoamérica. Arte en los adornos mostró tipos barbudos sumerias, así como los dioses del cielo [Nibirans].


"Los sitios olmecas fueron abandonados gradualmente, primero en el antiguo centro metropolitano cerca del Golfo, alrededor de 300 a. C., más tarde en los sitios más meridionales. El abandono de los centros olmecas seguido de una destrucción vengativa duró varios siglos, mientras los olmecas abandonaban los sitios y retrocedían hacia el sur. Los negros olmecas y los barbudos "eran del Mediterráneo oriental" y ambos fueron masacrados por la revuelta de los indios.

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